Capítulo 1: Yoloth Ariella Mayer

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Bien; pues esta soy yo. Yoloth Ariella Mayer, tengo 16 años y estoy cursando mi tercer año de secundaria. Soy una chica común y corriente, o al menos trato de serlo, me fascinan las series, mangas y libros bl, se puede decir que es mi gran adicción.

Soy de tamaño promedio, cabello castaño corto hasta el cuello, ojos azules, cuerpo plano y delgado; se podría decir que no fui bendecida en esa parte pero no es como si me importe, lo que me falta en cuerpo me sobra en personalidad.

—Buenas días— Dije al llegar, me acerque a mi padre y coloque un rápido beso en su mejilla. El simplemente me sonrió y continúo leyendo con interés el periódico de esa mañana. —Hola mamá.

Mis pasos se desviaron hacia mi madre, quien con una sonrisa terminaba de servir el desayuno

—Hola cariño— Saludó con una sonrisa.

Todo lo contrario a lo que esperé después de haberme gritado cinco veces desde que desperté.

Ellos son Sanders y Eva, mis padres.

Bueno mis padres adoptivos, ellos me sacaron de un orfanato cuando era una bebé y desde entonces soy parte de su familia.

De lo que estoy muy agradecida, de mis padres biológicos no sé nada y la verdad es que no me importa conocer de ellos. Soy feliz así.

Me aleje de mi madre y me senté en mi lugar habitual, junto a mi único hermano. Aquel al que desde hoy no volveré a ver hasta dentro de un año completo.

—Tarde como siempre— Murmuro Joseph comiendo tranquilamente una tostada con mermelada. —Creo que voy extrañar eso.

-¿Vas a extrañarme?— Pregunte enarcando una ceja, esa actitud no es nada común en él.

—Por supuesto que no— Dijo ahogando una risilla. —Lo que voy a extrañar es verte rodar por las escaleras.

¿Por qué eso no me sorprende? Ah… ya lo recuerdo. Porque a pesar de ser hermanos nos tratamos como enemigos.

Él es Joseph, mi hermano mayor de 18 años y lamentablemente mi único hermano. Joseph es todo lo contrario a mí; es odioso, antipático y molesto. Un antisocial que no se relaciona con las personas a menos que le agrades, se aburre con facilidad y aunque mi orgullo me lo impide debo admitir que es muy bueno tocando la guitarra, la batería e incluso el piano. Supongo que esa es la razón por la que estudiará música.

Respecto a la apariencia física, debo decir que Joseph no es muy feo que digamos, es de cabello oscuro como el de nuestra madre, ojos castaños, cuerpo delgado y es unos centímetros más alto que yo.

Sí, es muy bajo para su edad y odia que se lo recuerden.

Siempre viste ropas oscuras o grises, y no hay lugar al que vaya sin sus fieles audífonos. Mi hermano ama la música, más de lo normal y ahora que lo pienso jamás le conocí una novia.

—No sabes lo feliz que me hace saber que te vas— Dije con una sonrisa de oreja a oreja.

—Yoloth ya lo hablamos— Reprendió mi madre sentándose a desayunar con nosotros. —Tu hermano no se ira de la casa simplemente se internara en la universidad.

—Se vale soñar— Murmure tomando una tostada y bañándola en mermelada.

Hice lo mismo con dos más y al terminar lleve una de ellas a mí boca. Pero lamentablemente no había dado ni una mordida cuando mire la pantalla de mi teléfono encenderse.
Era un mensaje de Austin, lo que significa que debe estar a fuera. Sin mencionar que por estar discutiendo con mi hermano se me hizo más tarde.

El Libro De YolotWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu