SeokJin

10.4K 1.1K 2.6K
                                    





¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Cada día, los reclamos de mi padre resonaban en mis oídos, formando parte de una rutina a la que me había resignado. Sin embargo, hoy su irritación alcanzó nuevos límites al descubrir mi bajo rendimiento en matemáticas. Huyendo de su ira, corrí a mi habitación, tocando con tristeza la mejilla aún ardiente por el dolor. Sabía en el fondo que era debido a mi propia negligencia.

Era consciente de que el desliz fue enteramente mi culpa por no estudiar. La tarde la había pasado en casa de Yoongi, dejando de lado mis deberes académicos por completo.

La estrategia de mi padre para educarme siempre me había parecido detestable. Tras la partida de mi madre, su personalidad sufrió una transformación drástica; él se sumergió en su trabajo en el sótano, emergiendo solo para comer y recordarme lo decepcionado que estaba de mí. Aunque me había acostumbrado a sus palabras, prefería pensar que sus acciones eran producto del dolor y la soledad, no de su verdadero sentir hacia mí.

Asegurando mi habitación, buscaba refugio de sus continuos reproches. Por suerte, Yoongi me llamó por videollamada justo a tiempo. Limpié las lágrimas de mi rostro, forzando una sonrisa antes de aceptar la llamada.

En cuanto su rostro apareció en pantalla, demasiado cerca, una parte de mí quería reír, pero su expresión preocupada me detuvo.


—¿Cómo te fue? —preguntó Yoongi, alejándose un poco de la cámara.


—Se molestó, ya sabes cómo es —Intenté tranquilizarlo con una sonrisa, minimizando el incidente, pero Yoongi no se dejó engañar tan fácilmente.


—¿Te golpeó? —preguntó, su mirada intentando descifrar la historia detrás de mi mejilla lastimada.


Negué con una risa nerviosa, esperando disipar la tensión, pero Yoongi conocía la verdad mejor que nadie.


—Seokjin, no intentes mentirme. Veo tu mejilla. ¿Estás bien?


Mi sonrisa se desvaneció. Era imposible ocultarle algo a Yoongi. A pesar de mis esfuerzos por mantener a las personas lejos de mi caos personal, siempre había alguien dispuesto a tenderme una mano, aunque reparar mi mundo pareciera un sueño inalcanzable.

—Está bien, no tienes por qué preocuparte —le dije, resignándome a que seguir mintiendo era inútil.


SURREALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora