| 4 |

19.8K 3.6K 11.4K
                                    

Durante un par de días, Minho permaneció en su hogar, ayudando en todo lo que necesitaban, cuidando de su hermana menor, limpiando, y cocinando, incluso si no se lo habían pedido. Sentía que debía algo por estar allí y, aunque, tanto Melody como Louis le habían aclarado que no era así, el veinteañero pensaba que debía hacer algo al respecto.

Fue un viernes cuando Minho le informó a través de un mensaje haber conseguido quien lo ayudase en la mudanza, agradeciéndole por haberle brindado una cama, comida y compañía.

Debió haberlo detenido, pero, ¿cómo? Ni siquiera estaba en su casa cuando aquello ocurrió, y jamás le dijo a su amigo de qué lado estaba.

Porque Louis sabía que lo esperaba. Esperaba que le dijese que le creía, tan solo a él, y que dejaría de hablarse con alguien que dependía más que cualquiera.

Pero no pudo.

Incluso habiendo muchas pruebas contra Zayn que contra Minho, pero...

—¡AH! ¡QUÉ IDIOTA! —Pataleó en su cama, desarreglando las mantas que lo cubrían, llevando sus manos para cubrir su rostro.

Quería dejar de pensar, quería hacer las cosas de manera correcta, pero, ¿cómo?

Para empezar, no creía haber decidido bien el tomar las cartas de "H". Si bien involucraban a su mejor amigo, podría, con simpleza, no haber leído ninguna —es decir, no ser un maldito chismoso—, y aquel asunto finalizaría.

Seguiría con su vida, con sus amistades, sin desconfiar de quién. Todo sería más fácil, porque creería en Zayn, mandaría al diablo a Minho por maltratador, y sería inconsciente de la situación que podría haber detrás de todo el asunto.

<< Quiero decir...ser un ignorante >>

Como, por ejemplo: que Zayn, a quien conocía desde que tenía memoria, y con el cual compartió tantas cosas, era un maldito abusador.

Su corazón comenzó a latir con más rapidez ante aquel pensamiento. ¿Por qué estaba tan pendiente de ello? ¿Por qué sentía que, si aquel pensamiento fuese real, su vida se iría junto a la de Zayn?

Pero, sobre todo...

—¿Por qué mierda sigo fingiendo que no te conozco? —Se sentó en su cama de forma abrupta, observando la mesa de noche a su lado y tomando de ésta el manojo de cartas. Verificó las fechas antes de tomar la que seguía por leer, acomodándose mejor en su sitio y respirando hondo—. Bien, puedo...puedo hacer esto.

¿Podía? Todo su cuerpo temblaba.

Parpadeó con rapidez, con su visión algo amplia ante la ansiedad que invadía su mente, pero no detuvo sus acciones.

No retrocedió.

Abrió el sobre, y comenzó a leer:

"Louis Tomlinson, cuando te conocí fue algo que, hasta el día de hoy, a pesar de no tener idea de quién soy en verdad, jamás olvidaré.

En aquel entonces, las cosas no se habían arruinado por completo (es decir, yo. Yo soy << las cosas >>). Lo único que hacía era fingir frente a mi madre que comería el almuerzo que ella me preparaba con tanta dedicación en la cafetería de la universidad, pero, cuando el timbre sonaba, corría al baño como si no hubiese mañana, me metía dentro de un cubículo, y lloraba en silencio, a mas no poder.

Cuando tenía aquellas crisis de angustia, era cuando más me cuestionaba dónde me encontraba, y lo mucho que deseaba no ser quien soy. No quería ser H, quería ser alguien más. Aún lo quiero: alguien que tuviese problemas (como todo mundo), pero no unos tan jodidos como los míos. He conocido personas fuertes, incluso me pasé noches de insomnio viendo vídeos en internet, donde personas que no conocía se animaban a confesar situaciones similares a la mía.

WHO | Larry Stylinson | 1er libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora