En las sombras de un mundo devastado, surge una crónica electrizante, envuelta en los susurros del fin de los tiempos: la saga SURREAL. Sus páginas encierran un amor que desafía la desolación, el romance pos-apocalíptico que susurra entre ruinas y e...
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JK
La primera fotografía fue capturada con éxito, pero antes de mostrarla a Jongsuk, quien seguía posando sobre el soporte oxidado de una cama, decidí revisarla. A pesar de las advertencias de Taehyung sobre no tocar objetos oxidados o húmedos, Jongsuk las ignoró por completo.
La imagen no me convenció del todo, así que le pedí a Jongsuk que retomara su posición anterior. Aunque el lugar y la cama eran menos que idílicos, a Jongsuk parecía encantarle. Fotografiar resultó más desafiante de lo esperado. Enfocándome en la tarea y confiando en que Jimin estaba alerta desde la ventana, intenté nuevamente capturar el momento perfecto.
El desagradable entorno, marcado por un tenue olor a drenaje y una persistente humedad, pasó a un segundo plano. Hoseok, ausente de este escenario caótico, posiblemente exploraba el hotel o había regresado a la camioneta. Asumí que bajar la guardia momentáneamente no tendría consecuencias.
Cuando Jimin sugirió que había llegado el momento de irnos, destacando que separarnos no había sido la mejor decisión, asegurando que ya teníamos suficientes fotos, pero Jongsuk, reticente, quería una foto más, esta vez con Jimin.
—¡Vamos, por favor! —insistió Jongsuk, convenciendo a un reacio Jimin de posar juntos, enviando miradas desesperadas a Taehyung, quien se encogió de hombros en señal de que Jimin se había buscado esa situación.
A pesar del notorio malestar de Jimin, procedí a tomar la foto. Su sonrisa forzada, contrastando con el siniestro entorno, agregó una inadvertida profundidad a la imagen.
De repente, el sonido de golpes desde el piso inferior interrumpió el momento, enviando un escalofrío por mi espinazo. Al voltear hacia Taehyung y el recién llegado Hoseok, Jimin encontró su momento para distanciarse de Jongsuk.
—Seguramente son los chicos, deben estar intentando abrir la puerta —Dijo Jimin dirigiéndose rápidamente hacia la planta baja.
Fue en ese instante cuando mis sentidos se agudizaron. Los ruidos y exclamaciones de los demás me alcanzaron de repente. Sin demora, me puse en marcha hacia las escaleras, cruzándome en el camino con Seokjin y Namjoon, quienes subían las escaleras con evidente temor. No me detuve, ni siquiera cuando Yoongi y Jimin pasaron corriendo a mi lado.
