Llegó la noche y ambos despertaron y era hora de cenar, Kagome no quería levantarse por su femineidad le molestaba y ardía un poco, quiso quedarse en cama por esa noche.
Seshomaru aceptó por esa vez por la razón que no le gustaba comer en la habitación por costumbre pero al ver a Kagome y escucharla quejarse a susurro, bajo al primer piso a ordenarle a la servidumbre de cocina que llevarán comida para dos a su habitación, al volver alzó a Kagome y la llevó a una puerta corrediza dentro de la misma habitación que llevaba a un baño privado, tenía una fuente termal artificial no muy grande ni demasiada pequeña con varias esencias aromáticas corporales y algunas velas alumbrando el lugar.
- gracias. - dijo Kagome al sentir como Seshomaru la sumergía suavemente dentro del agua dejándola recortada en una roca, él fue por unas esencias.
Se dejó hacer y disfruto la atención de su pareja, Seshomaru se veía concentrado en lavarle el cabello luego procedió a lavarla sólo la parte superior de su cuerpo, Kagome se encargó de lavarse lo siguiente.
Seshomaru se desvistio y entró al agua relajandose junto a ella, Kagome recargo su cabeza en el hombro de Seshomaru cerrando sus ojos.
- ¿que pasara ahora?.
- ¿en que sentido...?.
- que nuestra relación es mas íntima.
- ¿que te gustaría que fuera?.
- no lo se... Formalizarla como un noviazgo.
- y si fueras mi prometida.
-..... ¿Eh, qué quieres decir? - se separó para mirarlo algo nerviosa.
- este Seshomaru quiere dejarle claro a otros machos que eres mía, desposandote conmigo.
- quieres que sea....
- mi esposa.
-......yo.....no se que decir...
- puedo esperar tu respuesta.
- no Seshomaru tengo que responder, si me ah sorprendido tu propuesta y mi respuesta es y será siempre siendo un si, eres mi mate y te amo.
Kagome se apego más y reposo su cuerpo en el de él.
Seshomaru levantó su barbilla y la beso, al rato salieron, Kagome ya estaba mejor asique se vistió sola con una bata de dormir, sacó su cepillo para el cabello comenzando a desenredarlo y llamaron a la puerta de la habitación.
- ¿quién?- contestó Seshomaru seriamente.
- t-traemos la comida mi señor. - se oyó la voz de una niña algo atemorizada.
- adelante.
La puerta fue abierta y entraron dos demonezas bastante jóvenes se juraría que tendrían como unos catorce años, no subieron la mirada en ningún momento dejaron las bandejas sobre una cómoda, ellas se atrevieron a levantar la mirada y observarme algo sorprendidas, sus ojos parecían brillar.
- largo. - dijo Seshomaru fríamente.
Ambas bajaron la mirada y salieron rápidamente cerrando la puerta.
- ¿no son demasiado jóvenes para trabajar? - Kagome le habló contrariada.
- sus familias no pueden sostenerlas y ofrecieron sus servicios para subsistir, les di un puesto en la cocina y camas donde dormir.
- comprendo ¿pero comportarte tan fríamente con unas niñas?.
- es necesario, a la servidumbre no se le permite ver a sus amos directamente y menos dirigirles la palabra si no es urgente.
- ¿supongo que quieres que me comporte de ese modo?
- así debe ser.
- ni creas que cambiare Mi personalidad y Mi forma de ser por las absurdas costumbres de la nobleza.
- te comportará como una. - ordenó.
- no, si te pondrás así prefiero quedarme en mi época qué quedarme a satisfacer tus caprichos. - Kagome se giro a vestir el obi del kimono.
- a donde vas.
- no tengo hambre y quiero estar sola, permiso. - se dirigió a la puerta y la abrió.
- detente. - volvió a ordenarle.
- ¿acaso me encerraras?, no soy una muñeca de trapo te lo vuelvo a repetir, tengo vida propia y no soy propiedad de nadie que te quede claro. - cerró la puerta detrás de ella y camino a la dirección por donde la había llevado Seshomaru.
Al llegar al primer piso se dirigió a un sirviente que se encontraba en el lugar.
- perdona, ¿sabes donde queda el jardín del palacio? - pregunto amablemente.
El no la miró y solo se inclino para responderle.
- por el ala este señorita.
- podrías guiarme por favor, no quiero perderme.
- sigame.
Caminaron por los extensos pasillos hasta llegar al jardín.
- te lo agradezco. - le sonrió.
- no es nada. - iso una reverencia y se fue dejándola sola.
Kagome suspiro con pesadez y comenzó a caminar por el jardín buscando un lugar cómodo donde pensar.
Se sentó en un claro y miró las estrellas con tristeza.
- es un tonto Lía.
* - lo es... No pensé que yako también estaría de su lado.. *
- ¿hablaste con él?.
* - mientras discutias con Seshomaru *.
- que aremos....¿Irnos un tiempo? No eso es infantil después de la primera discusión, no será la única que tendremos, ambos estamos enfadados y será mejor quedarnos un rato a solas para enfriar la cabeza y meditar.
- *¿damos un paseo? quiero conocer el lugar *.
- adelante.
Dejo que Lía tomará el control y se transformó, comenzó a caminar mientras memorizaba los olores, al rato llevaba gran parte del extenso jardín cuando se detiene un segundo y una lanza se clava en el pasto a centímetros de su pata.
- por poco. - dos guardias aparecieron entre los árboles. - si tan solo no te hubieras movido tendría un tapete de tu pelaje en mi habitación.
- claro que no, sería en el mío.
Aprovecho que comenzaron a discutir para escapar y volver al interior del palacio, comenzó a correr pero aquellos guardias demoníacos la siguieron y acorralaron.
Kagome comenzó a gruñir montando sus potentes colmillos tratando de intimidarlos.
- no escaparas lobo, entraste al territorio del lord Seshomaru y a el no le gustan los intrusos. - desenbaino su espada.
Kagome aumentó su reiki amenazandolos.
- interesante un lobo con poder espiritual.
- ¿crees que el amo le de un uso?.
- ¿y si mejor nos lo quejamos para nuestro plan?.
- no es mala idea, sólo hay que atraparlo y encadenarlo. - la miraron sonrientes y caminaron a ella.
