Matar por Placer

El comienzo de todo.

Capítulo 1

El comienzo de todo.

Guerra. Simplemente eso. Tratando de tomar el nombre de Dios el mundo estalló en una conflagración. El planeta ahora está dividido en tres: los Delta, los Alfa y los Zero. Los nombres de los países han sido olvidados; los íconos mundiales han sido destruidos hasta el punto donde se han convertido en leyendas, son tan solo cuentos utilizados para que evitar las pesadillas de los más pequeños ilusionándolos para que sueñen con la antigua Utopía.

El 64% de la población del mundo ha sido brutalmente aniquilada. El inicio de la guerra fue donde hubo más pérdidas debido a las bombas nucleares y las epidemias. Aquellos que siguen con vida solo conocen dos maneras de sobrevivir: unirse a un equipo y entregar su vida en el campo de batalla o subsistir bajo tierra en el subterráneo. No hay ningún paraíso. Los hospitales han dejado de existir como servicio público, si has de enfermar debes la mejor opción para curarte sería ver que logras conseguir en el mercado negro o simplemente colgarte. En estos tiempos la muerte aparenta ser la única solución.

Sin gobierno. Sin libertad. No es mucho de una vida; sobre todo si debes, en algún momento, entregar la vida que tanto defendiste en el campo de batalla. Pasar horas entrenando aprendiendo a mutilar a quien se te ordena, aprendiendo a no ser débil ante la sociedad que ahora gobierna. Vivir como esclavos o ser los esclavos. La primera suena mejor, en especial si uno desea el poder subsistir lo suficiente para ver el nuevo mañana.

¿Obligaciones? ¿Justicia? ¿Verdad? Aquellas palabras dejaron de importar con el paso del tiempo. Desde que infantas comenzaron a ser degollados en público, desde el momento en que la gente comenzó a ceder ante la piromanía, desde el instante en el cual matar se volvió legal la gente perdió lo poco de cordura que mantenía. Fue ahí cuando la humanidad sucumbió.

De no ser por aquellos que pelean por el "bien" de la humanidad probablemente la mayoría de los individuos que han llegado sobrevivido tantos años hubieran preferido suicidarse, acabar con su vida al momento en el cual se convirtieron en sus peores pesadillas: asesinos. Más en lo profundo del alma de aquellos lo suficientemente valientes, rugen leones desesperados por la libertad que nacerá en un futuro... ¿pero a qué costo aquella autonomía llegará? ¿Qué tan lejos la gente está dispuesta a ir por su propia liberación? Nada. En realidad, no está dispuesta a mover UN DEDO para salvarse a sí misma.

La guerra ha durado quince años y aún no ha terminado ni mucho menos parece terminar, ¿cómo es posible que la gente no se haya unido? ¿Cómo es que un grupo no ha reclamado su victoria? La humanidad tiene aquél defecto. No somos capaces tan siquiera de responsabilizarnos por nuestros propios actos, ¿por qué añadirle a lo nuestro los errores cometidos por los que nos rodean? No vale la pena.

El mundo está jodido. No hay nada para cambiar la mierda de mundo en el cual vivimos ahora. No hay manera de retroceder el tiempo y cambiar la historia que nos maldijo desde el inicio. Cuanto más rápido se acepte el hecho que la humanidad está condenada a morir en la ignominia...es ahí cuando uno aprenderá a vivir día a día viendo gente ser violada por la soledad y la angustia al ver vidas sucumbiendo ante la negrura vileza que se oculta en los "líderes" mundiales. Qué mundo más jodidamente jodido.

¿Cómo te sentirías si vieras a tus queridos arder? ¿Qué pasaría si vieras a ese alguien que amas dar su vida para salvar la tuya? ¿Qué harías si empezaras a mata por placer? Cuando uno pierde la cordura matar se vuelve un impulso, ya no es decisión propia ver a tus pies gente retorciéndose mientras una espada atraviesa su palpitante corazón. Tanto es el placer que recorre tus pensamientos, una melodía sin fin, los agonizantes aullidos retumbando en las paredes, espasmos similares a corrientes eléctricas erizando cada milímetro de tu piel. El deseo y la lujuria desgarran cualquier tipo de cordura y con ello te conviertes en una bestia más.