: ꒰ 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐀 𝐑𝐔𝐒𝐒𝐈𝐀𝐍 ♯ֵࣼꪳ྇𝔪𝔢𝔵𝔯𝔲𝔰

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- Мексика! Я говорю вам, что мне больше не нужно, чтобы вы заботились обо мне, вы верите мне, малыш? (¡México!, Te digo que ya no necesito que cuides de mí, acaso me crees un bebé?) - El adolescente subía las escaleras muy furioso, incluso llegando a tal punto en el que azotará los pies a la hora de subir, lo cuál al Mexicano le molestaba bastante.

- Mira cabrón, que creés que soy tu pareja solo porque me gustas? ¡Pues no!, Hice un acuerdo con tú padre y adivina quién se terminó enamorando de mi?. - Gritaba desde la parte de abajo lleno de rabia pero lo bastante tranquilo como para no formar una discusión sería.

- Вы были тем, кто начал все это. (Tú fuiste el qué empezó todo ésto.) - Sus últimas palabras fueron acompañadas con un portaso.

Rusia estaba completamente enojado, el Mexicano le prohibía las salidas con sus amigos y también le quitaba su celular cuando el tenía que salir fuera de la casa. A México le parecía normal pues aún era un pequeño a su punto de vista y aparte ya iba a cumplir 19 años y debía comportarse como todo un adulto así como su padre URSS.

Las horas pasaban y el mexicano muy fastidiado de la situación de su relación decidió subir y antes de tocar la puerta de su pareja suspiro y se dió la bendición el mismo para que todo saliera bien.

- Cariño, realmente lo siento. Prometo no irme tanto tiempo de casa sí? - Por su mente pasaban mil y una excusas para decirle a su pequeño Rusia si le daba una respuesta que no esperaba - Y aparte creo que debería darte algo más de libertad.

Un momento de silencio incómodo se hizo presente entre la puerta que los separaba, unos minutos después se escuchaba como se quitaba el seguro de la puerta, se abriría un poco dejando ver unos ojos algo irritados.

- В самом деле? (¿Enserio?) - Su voz estaba quebrada, parecía haber llorado por un buen tiempo, sin embargo una sonrisa se formó en el rostro húmedo del menor.

- Simón - Algo que le fascina a México de Rusia era lo fácil que era de convencer. Así que lo abrazó y llevo una de sus manos a los costados de su pantalón para meter su mano y sacar un celular con la pantalla quebrada el cual le pertenecía a Rusia - Pienso que debería darte el celular todo el tiempo que quieras, siempre y cuando me dejes revisarlo.

La sonrisa de Rusia se esfumaria al escuchar lo que le había dicho, con una mirada fría se separó y le dió una cachetada a México volviéndose a encerrar en su cuarto. México simplemente respeto el espacio de Rusia y se fue directamente al carro y se largó.