Marijó propone a su papá jugar los juegos de mesa que tanto le gustan, además de comer una exquisita botana preparada por Tina. Así, los tres concluyen la tarde riendo a carcajadas por lo divertidos que son los juegos, además de las bromas y ocurrencias de Santiago.

El fin de semana Maya y su familia organizan una comida en el restaurante de Betty, con el fin de convivir y estar juntos un momento.

A la comida asisten Magaly, Ariadna, Antonio, la pequeña Paulina, Arturo, Paloma y sus tres hijos, Fenando, Cecy, Sara, Jorge, Ricardo, Maya y, por supuesto, Andrea y Betty.

Todos se deleitan con los exquisitos platillos de Betty, y gozan de varias horas de amena y divertida charla. Los niños corren de un lado a otro mientras juegan a las escondidas y atrapadas.

Las carcajadas no podían faltar, y es que los Valencia son una gran familia y cada vez que pueden estar juntos la pasan excelentemente.

Los Carmona reciben la visita de Mariana y Gustavo, los padres de Mariana, la difunta esposa de Santiago. Gustavo y su mujer viven en el estado de Querétaro desde que falleció su hija. Pero de vez en cuando viajan hasta el D.F. para visitar a su nieta y convivir unos días con ella y Santiago, con quien han mantenido una buena relación hasta ahora.

El doctor Carmona atiende con cariño a los padres de la mujer que un día fue su esposa. Y, a decir verdad, él les tiene un gran y profundo aprecio. Por eso, se esmera y procura hacer todo lo posible para agradarlos y hacerlos sentir en casa.

La familia pasa la tarde en casa conversando y poniéndose al día sobre todo lo que les ha ocurrido en este tiempo. Mariana está realmente sorprendida de lo grande y hermosa que está su nieta, además de lo inteligente y lista que es.

La pequeña Marijó está feliz de volver a ver a sus abuelos, y con alegría les cuenta acerca de todo lo que hace en la escuela y les muestra las fotos del concurso de danza árabe.

Gustavo se siente orgulloso de la niña, y comprueba una vez más que su yerno ha sido un excelente padre.

-Princesa, ¿quién es Maya? Escucho que la nombras mucho -pregunta de pronto Mariana, a solas con la niña.
-Maya es muy buena, abue. Me quiere mucho, y yo a ella -contesta sonriendo la niña.
-¿Es una compañerita del colegio? -pregunta Gustavo.
-No, abue. Maya no va a mi colegio -aclara Marijó con una carcajada.
-¿Entonces, mi amor? -insiste Mariana con curiosidad.
-¡Maya es la novia de mi papito! -expresa Marijó con alegría.
-¡Así que tu papá tiene novia!... -comenta Gustavo, viendo a Mariana a los ojos.
-Sí, y es genial -asegura la pequeña con emoción.
-¿Y cómo es Maya? -pregunta Mariana sonriendo.
-Es muy bonita y buena conmigo. Quiere mucho a mi papito y él a ella también -responde la pequeña.
-¿Y tú la ves seguido? -pregunta Gustavo.
-Sí, a veces va con mi papi a recogerme a la escuela y luego comemos juntos. También hay días que me van a ver los dos a mi clase de baile y de ahí vamos a cenar -les cuenta alegremente Marijó-. Y los fines de semana Maya viene a la casa y está todo el día con nosotros -añade la niña.
-¿Se queda a dormir con ustedes? -pregunta un poco seria Mariana.
-No, nunca se ha quedado. Aunque yo se lo he pedido varias veces -contesta Marijó.
-¿Y a ti te gusta que tu papá tenga novia? -dice Gustavo.
-Sí, abuelito, ¡me encanta! Mi papito ha cambiado mucho desde que son novios -expresa Marijó.
-¿Cómo que ha cambiado? -exclama la abuela.
-Sí, ahora ya no sale con mi tío Alex en las noches como antes, ni tiene esas amigas feas que me caían mal -cuenta la nieta.
-¿En serio? -exclama Gustavo sorprendido.
-Sí, ahora sólo sale con Maya, con su familia y conmigo -dice la niña.
-¿Y conoces a la familia de Maya? -sigue preguntando Mariana.
-Sí, son muy lindos. Su hermano juega conmigo y su nana me hace galletas de chocolate. Su hermana es mi maestra de baile y me enseña muchas cosas. ¡Todos nos quieren mucho a mi papi y a mí! -asegura la pequeña con felicidad.
-¡Me da mucho gusto verte tan contenta, mi cielo! -exclama Mariana, abrazando a la niña.
-Sí, abue. Estoy feliz. Lo único que no me gusta es que a veces Maya y mi papi se enojan y se pelean -cuenta Marijó.
-¿Y por qué pelean? -pregunta el abuelo.
-No sé. Dice mi papito que son cosas de grandes -contesta con inocencia Marijó.


 "El sueño de un Ángel"Où les histoires vivent. Découvrez maintenant