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NARRADOR POV

—¿Almorzarás con nosotros, JungKook?—inquirió un sonriente pelirrojo.

—Lo siento, HoSeok hyung. Creo que... necesito respirar un momento—respondió el pelinegro, forzándose a sonreír levemente.

—¿Estás bien? Podemos esperarte un rato, si deseas—propuso Jung, preocupado por su dongsaeng.

—No, hyung, está bien. Vayan, deben estar hambrientos. No se preocupe, estoy de maravilla—dijo Jeon, suspirando y sonriendo nuevamente.

—Bueno... Puedes llamarme si necesitas algo.

—Gracias, hyung.

HoSeok y los demás compañeros de JungKook se dirigieron al elevador para salir de la central e ir a algún lugar en el cual poder almorzar tranquilamente.

La verdad es que el pelinegro se encontraba desconcertado. Era increíble la cantidad de llamadas de emergencia que recibían a diario. Algunas para reportar cosas banales, pero otras eran realmente preocupantes. Jeon había oído perfectamente cómo una mujer era golpeada por su marido a través de la llamada. El pelinegro entró en pánico y lo único que pudo hacer fue delegarle la llamada a uno de sus compañeros.

JungKook fue regañado muy fuerte por su jefe tras aquel suceso. El menor no refutó, pues sabía perfectamente que toda la culpa la tenía él. Al fin y al cabo, un operador de la línea de emergencia debía ser una persona centrada, que le brinde calma y ayuda a las personas que lo soliciten, no entrar ellos en pánico también.

—Soy un tonto...—se dijo a sí mismo—, pero realmente deseo ayudar a los demás...

El pelinegro se hallaba en el balcón de la oficina en la que trabajaba, apoyado en la baranda y observando tranquilamente el paisaje.

Si en serio quería ayudar a los demás, debía poner de su parte y no acobardarse con la magnitud de las llamadas. Sí, a veces unas eran demasiado fuertes, pero el operador debe siempre mantenerse sereno para ser de ayuda; si no, todo sería en vano.

—Llegará el día en el que una llamada logre matarme de la preocupación, pero, por ahora, me mantendré firme para ser de ayuda. Adiós, JungKook que llora porque un niño se clavó un cuchillo en la mano por andar de travieso. Bienvenido, JungKook que mantiene la calma cuando una mujer es abusada al otro lado de la línea. Hola, mundo cruel y real...

—TaeHyung, no puedes faltar

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—TaeHyung, no puedes faltar. Vamos, esta será la última vez, ¿sí?—insistía un animado pelirrosa.

—JiMinnie, sabes que realmente desearía ir. Amo las malditas fiestas, pero tengo que entregar mañana un proyecto y aún faltan algunos retoques...—dijo cierto castaño, pasándose las manos por el rostro y suspirando.

—Prometo que solo nos quedaremos hasta las dos de la madrugada. Luego, regresaremos a tu casa y te ayudaré a terminar el proyecto. ¿Qué dices?—propuso Park, haciendo un puchero.

911-KookTae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora