Reencuentro.

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-Adelante — sonrió, más de lo normal diría yo.

Dejé que entraran los niños primero.

-No te hagas ilusiones de que vine por ti, vine por ellos porque querían verte — le dije al oído.

-Si claro como no.

Genial, ahora cree que soy mentirosa.

-Papi te extrañamos — Isabella le abrazó las piernas.

Él me miró y yo sólo elevé una ceja. ¡En tu cara Payne!

-Papá ¿cómo va la sorpresa para mami? — ¿sorpresa para mí?

-Agustín era un secreto — Isabella frunció el ceño.

-¡Hahah! Preciosa no te preocupes — él se puso a la estatura de ellos —De hecho la sorpresa esta lista — sonrió.

-¿Hay algo por lo que me tenga que preocupar?

-No, nada — sonrió como si fuera niño bueno, aunque de bueno Liam ya no tiene nada —Espérame aquí — rápidamente salió del comedor y se dirigió a la cocina —Necesito que te cubras los ojos — me entregó una venda.

Yo lo miré dudosa.

-Vamos mami, hazlo — ella sonrió, miré a mi hijo y él también me sonreía y asentía a la vez.

Dudosa dejé que me vendaran los ojos.

-Ahora subiremos las escaleras — me habló al oído.

-Liam — dije entre dientes. Él sólo rió, los niños me tomaron de la mano y Liam me afirmaba de los hombros y me hacía caminar. Comencé a subir las escaleras una por una hasta que sentí que llegué al segundo piso —¿Ya puedo quitarme la venda?

-Sólo da dos pasos más y ya — me hizo dar los dos pasos y sentí que me movió hacia la derecha al parecer estaba de frente a algo o alguien —¿Lista? — yo asentí dudosa, lentamente me sacó la venda de los ojos y parpadeé tres veces para ver bien, al hacerlo no podía creerlo.

-Esto es una broma — me llevé una mano a la boca.

El departamento que tenía Liam obviamente era grande y por lógica tenía más de una habitación.

La primera habitación estaba decorada exactamente como la habitación de Isabella en mi casa. Luego me hizo ir a la otra habitación y tuve que abrir la puerta al hacerlo me sorprendí, esa habitación estaba decorada exactamente como la habitación de Agustín.

Liam se había dado el tiempo de hacer dos habitaciones más para los niños.

-¿Sorpresa? — Agustín sonrió y yo también. Así que esta era la gran sorpresa que me tenían.

-Liam esto es...un gesto muy bonito de tu parte — sonreí, él sonrió de lado mientras miraba hacia el suelo.

Algo le pasa, estoy segura.

-Me alegra que te haya gustado — se pasó la mano por la nuca —Niños aprovechen de jugar en su habitaciones, yo tengo que hablar con mamá — les sonrió y a mí me invitó a bajar las escaleras, lo hice y él salió a su terraza, yo dejé mi bolso en el sofá y lo acompañé afuera.

Estaba anocheciendo y el atardecer era muy lindo contando que la vista que tiene Liam desde aquí es preciosa.

Él sacó una cajetilla de ella sacó un cigarro, Liam me ofreció uno. No me sorprende que Liam fume lo hacía desde que fuimos novios. Yo acepté.

La Tercera es la Vencida. [L.P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora