C a p í t u l o [CUATRO]

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El domingo se presentó lluvioso. Ideal para acompañar mí humor. Cristina se había marchado temprano y no volvería hasta la noche, ya que estaría con sus abuelos.

Me encontraba afuera, debajo de un techo bastante pequeño. La música clásica inundaba mis oídos. Con los ojos cerrados, me perdía en las teclas de mí piano imaginario. Di una calada a mí cigarrillo, no me preocupaba que alguien me viera. Ningún loco saldría al patio trasero, el cual era bastante desagradable, en plena tormenta.
No pude evitar que el recuerdo de aquellos labios acariciando el filtro, invadiera mí mente. Desde la madrugada del viernes, quien yo creía mí mayor rival, se estaba llevando por delante todos mis momentos de tranquilidad.

Tomé mí libreta de dibujo, una vez más, dispuesta a continuar con mí retrato. Las nubes grises, tristes, reemplazadas por una noche estrellada. La pequeña luz de una farola, iluminando su rostro parcialmente. El humo blanco mezclándose con el azul del cielo. Alejo la libreta, cuando creo que he terminado, así puedo apreciar mejor el resultado. Sonrío satisfecha. A esta altura mí cigarrillo se ha consumido y mis medias ya se encuentran mojadas. Tomo una lapicera y escribo en la parte de detrás del dibujo.

La lluvia no cesa. Llego a sentir su intento por competir contigo.
Tu imagen no sale de mí cabeza. Le repite a aquellas nubes, que tu eres el nuevo dueño de mis pensamientos.
Deseo que la luz de la noche ilumine tu rostro, una vez más. Haber sido espectadora de semejante espectáculo, solo hace que desee más.

A.

Tengo una discusión conmigo cuando me veo deslizando aquel dibujo, bajo su puerta. Vuelvo a mí habitación para sacarme la ropa que delata mí estadía afuera. El agua caliente recorre mí cuerpo y un sentimiento de alivio me llena. Sé que no me descubrirá y me aseguraré de ello.

•••

Lunes por la mañana y la intolerable alarma revienta mis tímpanos. Me levanto a apagarla de mala gana, Cristina me observa entre sus sábanas, risueña. Nos preparamos para dirigirnos a nuestro curso.

La lluvia cesó y el césped parece más verde. Para cualquiera esto se ve como un gran día, pero yo no opino lo mismo.
Camino rezagada, masticando una barra con proteínas. Deseo profundamente, no ver al chico que interrumpe mis ganas de seguir adelante en este pesado día.
Pienso que quizá el entrenamiento me alegre un poco, pero cuando llega la hora solo siento ganas de tirarme a dormir.
Reconozco que mí irresponsabilidad de ayer me jugó una mala pasada, me he resfriado. Llegamos a las gradas y los chicos ya se encuentran ahí, entrenando, no me molesto en mirar y le explico a la entrenadora que hoy no me siento en condiciones de practicar, la mujer comprende y me deja dirigir el equipo. Seguramente vaya dentro para dormir, mientras yo sigo aquí, sufriendo.
Les enseño, con un cansancio abismal, la jugada que practiqué el otro día con David. Con un tono de mando muy forzado, les ordeno que la incorporen en el partido. Me siento a observarlas pero el sueño parece estar venciendome. Cris me observa cada tanto, asegurándose de que esté bien. Cuando la hora y media termina, suspiro aliviada. Voy hacia la habitación con todas las intenciones de dormir.

•••

La voz de cierta rubia interrumpe mí sueño y sorprendentemente, no me molesta. Me siento mucho mejor y más animada. Vamos a cenar después de que me arreglo un poco, hay pocas personas en el comedor, ya que son pasadas las 11 y la mayoría come temprano aquí. Todo está muy tranquilo y eso me genera paz, no hay señales de David por ningún lado. Me alegro por fuera, aunque sé que me gustaría verle o saber si ya ha visto mi dibujo. Reposo mi cabeza sobre mi mano mientras pienso. Elimino la idea de cuestionarle a Samuel que le pareció, tan pronto aparece en mí cabeza. Quizá desconocerlo sea lo mejor.

•••

Martes y miércoles se van rápidamente. El jueves parece presentarse más cálido y armonioso. Mí piano imaginario me acompaña una vez es de noche y me estoy encaminando hacia el gimnasio. Estoy preparada para seguir calculando jugadas y dispuesta a utilizar la promesa que David hizo conmigo.

Cuando me encuentro en la puerta del lugar le envío un mensaje al chico, para saber si puede ahora. Entro y decido empezar con lo mío mientras espero una confirmación. Al poco rato las puertas se abren y otra vez el de coleta me deja con el corazón en el puño.
Después de regañarle y pedirle que avise antes, le indico dónde ponerse y que hacer.
Estamos un rato en lo mío, hasta que finalmente comenzamos a tener una competencia de canastas.

Le quitó la pelota y cae al suelo, arrastrándome con él, los dos reímos como locos y no notamos la posición en la que nuestros cuerpos se encuentran. Con la agilidad de un felino, me aparto y le tiendo la mano, él en lugar de pararse me tira hacia sí, una vez más. Le empujo juguetona y él me sigue. Cuando ambos nos divertíamos, mí reloj anunció 3'21 y tuvimos que apurarnos. Repetimos el plan de la otra vez, solo que ahora, el más alto se fue solo. 

Mí mente decide relajarse, quizá no sea tan malo como yo creía.
El de coleta abundó mis pensamientos con gracia y descaro, no tenía piedad conmigo, aún en mis sueños. Maldije por lo bajo, recordando el viernes pasado. Si no hubiese aceptado su intercambio, hoy, quizás, estaría más tranquila, pero la vida me había enseñado a aprovechar las oportunidades y en esa promesa, mí cerebro y alma, vieron una. Si bien diferentes, estos compartían algo y era suficiente.
















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Explicación (?
Cuando empecé a escribir Rivalidades yo no tenía planeado subir "Hey David" por lo que esté cap está basado en mí otro fic y bueno, el hecho de que la protagonista le envíe un dibujo con poesía es relativamente importante para el futuro de la historia, así que no pude cambiarlo p3rD0N

Va a haber un cap de disculpas por este que es horrible muy pronto
Perd0n 😔✌️

Ahsisis y gracias por los saluditos y el apoyo 💕💕

R I V A L I D A D E S. [xFaRgAnx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora