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Ella se enamoró de un chico que arrancaría las estrellas del cielo si se lo pidiera. Miró con avidez unos ojos plateados que escondían el fuego más siniestro del infierno en ellos y prometió a las estrellas que lo salvaría.

Se creía que estaban en la cima del mundo. Se creía por encima de lo terrenal, sosteniendo su destino en una mano, mientras agarraba la de él con la otra.

Ella creía que tenían el poder de jugar con el destino y alinear las estrellas a su gusto.

Y al final, fue testigo de cómo la cima en la que se había colocado se derrumbaba bajo sus pies, y cómo las estrellas se reían de su intento de manipularlas a su favor.

La Serpiente Weasley | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora