Era el primer maldito día, y ya estaba que quería matar a cualquiera que se cruzara en su camino.
Para empezar, había estado esperando a Crabbe y Goyle para que al final salieran que se habían hecho “super amiguitos” de Tom Riddle porque lo habían puesto en el cuarto de ellos. Así que no se habían hecho amigos de la noche a la mañana, aunque así había sucedido la verdad. Ya quería enviarle una carta a su padre para decirle que cortará relaciones con la familia de ellos. Pero no se iba a dejar llevar.
¿Por qué odiaba demasiado a Tom Riddle? La respuesta era fácil: enemistad desde la cuna.
La familia Malfoy era una de las más poderosas y millonarias del mundo mágico, seguido por los Riddle y después los Black. Era obvio que él y Ton tenían que ser cercanos. Sus padres los juntaron, en todo momento siempre trataron de crear una amistad desde pequeños para que al crecer diera frutos su amistad que jamás llegó a existir.
Siempre ponían a Tom por encima de todo. Que era gentil, amable, ambicioso, que tenía muy buenas calificaciones y sobresalía ante todo. Por suerte lo habían mandado a un colegio lejano al suyo, y podía seguir compitiendo con el desde lejos. Pero tenerlo ahora cerca, en su misma casa, curso y materias, hacia las cosas más complicadas. Tenía que seguir manteniendo la racha que tenía ante la ausencia de este.
Odiaba que su padre siempre le dijera que Tom esto, Tom aquello y Tom lo otro. Cómo si no tuviera un maldito hijo que estaba dando lo suyo para sobresalir ante sus ojos.
Le sorprendía lo hipócrita que Riddle podía llegar a ser, echándose a todos en una bolsa para poder romperla y dejarlos caer. Cuando el prefería mostrar una faceta más sincera, sin necesidad de ser hipócrita. Si hacía algo, tenía el orgullo de decir que sí, lo había hecho y no tenía nada que ocultar. Mientras Riddle iba a sonreír, y decir que no entendía nada del asunto, no haría daño a nadie. Cuando era un maldito lobo con piel de oveja.
Le bastaba ver como sus antiguos “gorilas” habían preferido a ese tonto solo porque los trataba mejor, cuando eran unos idiotas, los iba a tratar de la misma forma solo que la diferencia iba a ser una sonrisa.
Llévate bien con Riddle, dale a conocer todos tus conocimientos, se un guía para él. Los esperamos en vacaciones.
La carta de su padre la había hecho añicos antes de dirigirse a la primera clase de aquel lunes.
Para el colmo, este se había sentado en el banco a lado suyo con Goyle, mientras por su parte: Blaise estaba sentado a su lado y atrás Pansy con Thedore. Muchas veces intercambiaban lugar.
La clase estaba en silencio, muchos contestaban el examen de diagnóstico que Lupin les había dado solo para saber cómo venían de quinto año, que podía enseñarles y qué no. Por lo menos todos pudieron seguir contestando tranquilamente hasta que Tom alzó su brazo.
Lupin no tardó en darle la palabra:
—No entiendo esto, profesor —su maldita voz amable le estaba haciendo sentir una jaqueca.
—¿Que no entiendes? No te preocupes, es un diagnóstico y no va a contar en tu calificación —le contestó el profesor, siempre luciendo un tanto moribundo— así que contesta con toda la sinceridad que tengas.
Draco rió por lo bajo sin despegar su mirada de su examen a medio terminar.
—No son las preguntas, profesor. Es la materia. ¿Por qué enseñan Defensa Contra las Artes Oscuras?
—Las Artes Oscuras son peligrosas, Riddle. Hay que saber defenderse de ellas.
—Si pero no entiendo, en Durmstrang nos enseñan las Artes Oscuras.
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Inefable; [ Harco ]
FanfictionDraco llega a sexto año de Hogwarts con todas las intenciones de seguir haciéndole la vida imposible a Harry Potter, pero el único problema es un chico de nuevo ingreso que es seleccionado para su casa. Y tal parece que a un león no le gusta que alg...