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Crecí aquí

Una bonita mañana de primavera y un chico iba a comprar fresas como era de costumbre, solo que su sonrisa se desvaneció al enterarse que quitaron aquella laguna a la que siempre lo llevaban sus amigos, a comer moras de los árboles.

-Lo de siempre? -Pregunto aquel joven de cabellos cafés con su típica sonrisa-

El menor sólo asintió, no le dio ni una sonrisa, solo tomo las fresas, pagó y se fue. Que habrá pasado para que aquel chico sonriente se valla?
Se preguntaba el de ojos zafiro

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Ya era tarde, como las 9 de la noche y el joven de la verdulería se encontraba caminando por el parque. Seguramente estarán pensando "¿Por qué no va a su casa si es tan tarde?", pues, porque su casa es el edificio de la verdulería, solo que le gusta caminar por ahí para ver aquel rio que recorre todo el pueblo.

Este no esperaba encontrarse con aquel chico de cabellos castaños y ojos color mar, sentado en el puente que cruzaba el rio. Decidió acercarse un poco y hablarle ¿tal vez?

-Oye, Carlos, ¡Hola! -Dijo con una leve sonrisa, aunque no veía una reacción feliz en su contrario, el menor solo saludo con la mano. -...Sé que no me debe importar, pero... ¿Sucede algo?

El de cabellos castaños solo quito la mirada, no esperaba encontrarse con él. Le resulto curioso de que un extraño se preocupe por él.

-...no, sólo...volver al pueblo en el que crecí me trae varios recuerdos. -Le dio una pequeña sonrisa, apenas lo conocía, pero era agradable-

-El de ojos zafiro, lo miro unos segundos, si aquel chico había crecido en el pueblo él tuvo que haberlo conocido, ¿No?, Ya comenté el hecho de que todo el pueblo se conocía entre sí? - Tu creciste en este pueblo?

-Sí, me fui a los 13 años de aquí, buenos tiempos de la niñez -Miraba el cielo nocturno que los iluminaba- supongo

-Y por qué te fuiste? –Su curiosidad por saber lo llevaba a preguntar todo tipo de cosas, ni tampoco sonar descortés- Digo, si se puede saber.

-Pues, como mis padres estaban separados desde que yo tenía unos ocho años y medio, vivía con mi madre, ella desgraciadamente falleció...y me tuve que ir con mi padre -Quito la mirada rápidamente, aún recordaba a su madre, aquella que tanto cuidaba y amaba- ¿Y tú?

El de ojos oscuros pudo recordar cierta situación así, pero le presto más atención a la pregunta que le hizo

-Pues, mis padres eran los dueños de la verdulería, un negocio que hasta el día de hoy sigue siendo de la familia Russ, cuando fallecieron me la heredaron -Solo miraba al chico de cabellos castaños, quería ver aquellos ojos que tanto lo atraían de cierta forma- También crecí aquí.

La noche estaba fresca se presentó entre suaves murmullos de estos dos participes, se la pasaron hablando, tal vez no fue tan mala idea volver al lugar en donde creciste

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Cuando cada día compraba las fresas, las repartía entre todos los chicos del barrio, con aquellos amigos con las que paso tantas travesuras, con aquellos buenos y malos momentos

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"El Chico de las Fresas"

♡🍓𝑬𝒍 𝑪𝒉𝒊𝒄𝒐 𝑫𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑭𝒓𝒆𝒔𝒂𝒔🍓♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora