Capítulo 16

1.7K 143 10
                                    

- Él había tenido los mismos síntomas que tú. Quería pensar que no era real, que tú no podías ser como él... Mi padre dijo que si algún día había uno como Flavio, tendría que vengar mis alas arrebatadas por el monstruo, quizá así pueda recuperarlas, pero no puedo hacerlo.

- Jiaim, tienes que matarme, pero hazlo ahora, no quiero hacer daño a nadie.

Acerca su cara a mí y posa su nariz sobre la mía, sosteniéndome la cabeza con ambas manos.

- Buscaré la forma, tiene que haber algo para evitarlo, no sería capaz de hacerte daño ni aunque fueras a sacarme la vida. Te quiero. - Ahora lloro con más fuerza y él también tiene los ojos húmedos. Yo también lo quiero, me gustaría acordarme de él, ojalá algún día lo consiga, si vivo - Iremos al lado oscuro, ver a tus verdaderos padres, entiendo que pueda ser duro para ti, pero ellos más que nadie conocen ese mundo. Intentaremos llegar a un acuerdo.

- ¿Eso no es imposible?

- Habrá que intentarlo, tenemos un día, pero no podemos decírselo a Banes, no nos dejaría.

Me ayuda a levantarme.

- Eso de que si me matas recuperarías tus alas...

- Mis alas no valen tu vida. Prefiero vivir sin ellas, pero no sin ti. Intenta sacar tus alas, concéntrate.

Cierro los ojos y lo pienso. Mis albeits se iluminan y unas alas negro azabache salen de mi espalda y se extienden hasta encima de mi cabeza.

- Preciosas.

- Son negras...

- Da igual, son bonitas porque las llevas tú - sonríe un poco - Intenta volar - me agarra la mano y los dos nos elevamos, es como si mi cuerpo y el de Jiaim solo pesaran un par gramos, es increíble. Pasamos por encima de la Academia - ¡Qué rápido aprendes! - mira para abajo - Nunca he podido vivir esta sensación, cuando me quedé sin alas era muy pequeño, aún no había comenzado las clases de vuelo - yo no hablo, tengo un nudo en la garganta, me da pena.

Desciendo como puedo y llegamos al suelo.

- Bien, nos vamos, ¿lista? - asiento - Una nube morada nos envuelve.

Llegamos a un lugar oscuro, pero no porque sea de noche, sino por la cantidad de sombras que hay. Nos miran. Aquí están las sombras de los ángeles guardianes también, que no consiguieron hacerse con sus cuerpos. La de Jiaim andaba el otro día rondando por la Academia, la mía me perseguía, tenemos que evitarlas.

Caminamos sin soltarnos de la mano, Jiaim me cuenta que nos permitirán entrar porque él no tiene alas y las mías son negras.

Aquí hay como otra especie de academia y después está la ciudad.

Unos vigilantes nos preguntan quiénes somos.

- Sairy - respondo firmemente. El hombre se sorprende y habla con otros dos.

- Pasad - dice al fin.

Trago saliva. Una mujer de largo pelo rubio vestida con una larga falda negra y zapatos altos que resuenan contra las paredes del lugar se acerca a nosotros con mirada impasible. Por desgracia, tiene rasgos muy parecidos a mí.

- No sé cómo te atreves a venir ahora después de tanto tiempo.

Detrás de ella viene un hombre de cabellos castaños y barba, también vestido en tonos oscuros, como todos.

- Lo has descubierto, ¿no? Es eso a lo que vienes.

- Necesito vuestra ayuda - intento no suplicarles.


SairyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora