Butterfly || Yakusoku no Neverland [Ray x Reader]

Esos días...

[Nombre] Pov.

Todavía recuerdo aquellos días de inocencia en los que solíamos vivir, y supongo que era normal pues éramos unos niños que no se preocupaban de lo que sucedía a su alrededor.

Solía pasar mis tiempos libres con Ray, mirando lo que nos rodeaba, una linda vista que nos daba aquel bosque que conocíamos como la palma de nuestra mano.

Pude ver a lo lejos un árbol rodeado de pequeñas flores en las que dos mariposas danzaban juntas; me acerqué con cuidado y las observé.

—¿Son hermosas, cierto?— Me senté a admirar la belleza del lugar, cuando voltee a ver a Ray el cual sonreía lo que provocó en mí una sensación, una alegría... ¿Diferente?.

—Si, me recuerdan a tí— Volteó a verme y pude notar un pequeño sonrojo en sus mejillas, supongo que yo estaba peor ya que sentía mi cara arder. Solo le sonreí y noté como el tono carmesí de sus mejillas aumentaba.

—C-creo que es mejor que vallamos a casa— Me levanté y sacudí mi falda mientras avanzaba unos pasos delante de él.

Cuándo llegamos a casa sentí una brisa helada y me dí cuenta del tono grisáceo el cielo, se veía una gran tormenta por venir. Emma estaba en la puerta de la casa esperándonos, y al vernos nos saludó con una de sus sonrisas.

—¿Porque tardaron tanto?— Nos analizó a ambos y un brillo pasó por sus grandes orbes jade—¿¡Porque vienen tan rojos de la cara?!... Esperen— Solo sonrió mientras nos miraba de una manera rara— ¿¡QUE ESTUVIERON HACIENDO?!—

—¿Nada?— Nuestras voces se mezclaron y ambos nos sonrojamos más, si era eso posible.

—Emma,creo que seria mejor que los dejaras de molestar, pronto se convertirán en dos tomates andantes— Norman llegó sonriendo mientras tomaba a Emma del hombro.

—¿¡Porque los defiendes?!.

—No los defiendo, pero será mejor que no los molestamos más, ¿Verdad, par de tortolos?— Los cuatro reímos y en eso llego nuestra hermana mayor a decirnos que la cena estaba lista.

A pesar de que ha pasado mucho tiempo, guardo esos días en lo más profundo de mi corazón, ahora que crecimos, cambiamos bastante, ya no es lo mismo de antes, aunque seguimos hablando.

Emma y Norman casi siempre están jugando a las traes y aunque yo juege con ellos, se preocupan más por los pequeños. Ray, bueno, con él casi no hablo, con suerte y me responde aunque es muy cortante, aun no he encontrado una explicación de su nueva actitud.

Por otro lado, yo paso mas mi tiempo con los niños que me hacen recordar esos días de oro.   

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