~•第二十章•~ (结束)

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Agarré el teléfono e intenté llamar a MingHao.

Sonó por un rato, jamás cortó, pero tampoco respondió.

Intenté una y otra vez, y nada.

Llamé a ZeRen, para preguntarle si sabía algo, y me dijo que aquella carta era real. QuanZhe me dijo lo mismo.

Llamé a ZhengTing para decirle lo que había pasado y que me consolara. Sólo me dijo que lo lamentaba, pero que no podía hacer nada por mí.

Me sentí sola, y lo único que pude hacer, fue llorar hasta que ocurriera un milagro.

Fui a verme al espejo.

Tenía esa mirada perdida que tenía Justin, pero menos perdida.

La sensación era horrible.

Intenté llamar nuevamente a MingHao, y nada.

Se me ocurrió llamar a ChengCheng.

—¿Sí?— Preguntó al atender.

—MingHao se fue de la casa...— Le conté, yendo al grano. —... ¡Se llevó todas sus cosas!

—¿¡Qué!? ¿Por qué? ¿Por la broma?— Negué con la cabeza, aunque no pudiese verme.

—N-No. Dejó una carta. Dice que hace mucho dejó de sentir cosas por mí, y que por eso se va...

—¡Pero hace poco te pidió matrimonio! ¡Eso no tiene sentido!

—Dijo que lo hizo en un intento de mejorar nuestra relación, pero que no funcionó.

—Patán...

—¿Puedes venir? Me siento muy sola...

—¡Claro que sí! Voy para allá, espérame.

—G-Gracias, ChengCheng. Eres el mejor.— Sonreí, para luego colgar.

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10:30P.M.

Sonó el timbre. Bajé a abrir.

Recién vi a ChengCheng, le abracé fuertemente. Él correspondió.

—Gracias por venir.— Sonrió.

—Eres mi amiga. Si es necesario, me quedaré contigo toda la noche.— Sonreí, aunque segundos más tarde, esa sonrisa se me borró.

—No puedo creer que me haya dejado...— Me dio palmaditas en la espalda.

—Hablaste de una nota. ¿Puedo verla?— Asentí.

—E-Está arriba, ven.— Me siguió.

Cuando vio el cuarto semivacío, a excepción de mi ropa, me miró triste.

—Ten...— Dije, con voz ahogada. Le extendí la carta para que la agarrara.

Antes de tomarla, envolvió mi mano con las suyas, y me miró a los ojos, aunque yo bajé la mirada.

—Tranquila. No estás sola.— Me hizo saber.

—Gracias...— Le agradecí, con la mejor sonrisa que pude ofrecerle en ese momento horrible en el que sonreír era imposible.

Me devolvió la sonrisa y agarró la carta.

La leyó, mientras daba vueltas por el cuarto. Yo me senté en una esquina y me abracé las rodillas.

骗子 Justin Huang y tú~ NEXT Where stories live. Discover now