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࿚ ࿙ 𝑷𝒓𝒐𝒕𝒆𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏 ࿚ ࿙

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  Tras el recóndito hábito en la pared más lejana de su habitación, se dispuso a colarse sobre el pequeño balcón que permitía asomar las narices hacia el exterior

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  Tras el recóndito hábito en la pared más lejana de su habitación, se dispuso a colarse sobre el pequeño balcón que permitía asomar las narices hacia el exterior. Se divisaban las calles empedradas, las residencias y casas aledañas abriendo sus ventanas desde las manos tersas de mujeres hogareñas; se divisaban los callejones desde lo más alto, la gente de todo tipo reunida allí, discutiendo, debatiendo el porvenir de la incipiente nación francesa.

  Es el mes de junio, 1789. Las revueltas comenzaron hace unos meses, los desfiles militares son cada vez más cotidianos, los asaltos anarquistas y toques de queda son el pan de cada día. París está en llamas y pocos son los aliados a la revolución, pocos son los apoyos extranjeros, el país ha menester de mil y un cosas, pero nunca de iniciativa: Libertad, igualdad, fraternidad...

  Los ornamentos casi barrocos gravados en los bordes de la fenestra se sienten quebradizos al tacto, Azirafel interrumpe osadamente su reflexión para dedicarle una caricia a los surcos finamente trazados, exhala súbitamente y recarga finalmente la sien contra el marco de la ventana. Posa la mano diestra quedamente sobre sus muslos y con el índice, rasca con soltura las costuras sobresalientes de su pantalón.

  Agitó sus pestañas con tres parpadeos seguidos, los mantuvo cerrados al tercero y asimismo, se enderezó en su lugar para acunarse en el estrecho balcón. El sol pegaba sus rayos a los prolijos vidrios y la misma luz, bañaba el rostro apaciguado del ángel. El predicamento del mismo ahora se encuentra en la delgada cuerda que mantiene equilibrado el repentino sueño que lo abruma, y así, se deja caer estrepitosamente en los brazos de Morfeo.

  Pasado un par de horas, tres toques se oyen a la puerta de abedul y el ángel se remueve ensimismado. Otros tres toques se oyen y frunciendo el ceño, el hombre toma la cortina detrás suyo para cubrirse con ella y de nuevo, no responder al llamado. Ya cayendo en sueño otra vez, se escuchan dos patadas a la puerta que prepararon un tercer impacto, la cerradura de la puerta fue forzada por el golpe y dejó finalmente, la misma abierta.

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2019 ⏰

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