El coche pasa por un bache y provoca que ambos choquemos nuestras frentes en un fuerte golpe. Ella se ríe suavemente. Aunque intenta recuperar su postura seria. Me resulta demasiado adorable. Su risa es agradable. No es muy alta tampoco es demasiado baja y sonrío, sabiendo que se está riendo conmigo a su lado.

Sigo acariciando su baja espalda. Cuelo mi mano por debajo de su camiseta y subo un poco más, pero sin llegar al broche del sujetador. En realidad, no sé lo que me impide hacerlo, pero decido no hacerlo. Me gusta estar así con ella. Así de relajado, en lo que cabe. Ella acaricia una de mis mejillas, escrutando cada sección de mi rostro. Entonces deja de acariciarme la mejilla para trazar una y otra vez con cuidado la pequeña y blanca cicatriz que tengo debajo del ojo izquierdo.

La miro embobado. Me encantaría volver a besarla, pero a la vez no.

Aquella frase que siempre me repito a mí mismo, se recrea en mi cabeza en forma de burla: «Para qué repetir, si puedo probarlo todo».

¿Y sí, no necesito más? ¿Y sí, solo quiero besar sus labios? ¿Y sí?

Uno de sus delgados dedos recorre mis cejas fruncidas por la batalla interna que estoy intentando ganar. Ella hace el amago de apartarse de mi lado, pero yo la retengo un poco más.

—Por favor —pido mientras trago duramente.

Adiós dignidad.

Ella sopesa su respuesta, la cual resulta ser apartar mis manos de su piel y sentarse de nuevo en el asiento trasero, no sin antes decir:

—Me sé tú regla, Sander. No repites. Me niego a acostarme en un maletero contigo.

Observo como Derek hace una mueca de burla por el espejo retrovisor hacía mí y yo le enseño el dedo corazón. Vuelvo a sentarme en los asientos, manteniendo las distancias con ella.

—¿Dónde te dejo, preciosidad? —le pregunta Derek.

Ella antes de contestarle, teclea varias veces en su teléfono y un par de veces vibra el dispositivo en su mano.

—En la universidad.

* * *

Cuando llegamos allí, en la entrada de esta, en uno de los tantos aparcamientos vacíos hay aparcado un bonito y llamativo BMV de color azul, iluminado por las farolas del recinto. Un chico de melena morena está sentado en el capó de este mientras expulsa humo por la boca. No me da tiempo a dirigirle una nueva palabra a Agatha antes de que ella se baje del vehículo.

—Adiós —se despide de nosotros mientras baja del coche de un rápido salto y cierra la puerta detrás de ella con fuerza.

Sus pasos al principio lentos, comienzan a aumentar de velocidad acortando más rápidamente la distancia que la separan el chico de cabello oscuro. Va medio corriendo, medio andando a su encuentro. Al llegar a la altura de él, que la esperaba con los brazos abiertos, la abraza.

El chico tiró su cigarro al suelo y la envolvió en un abrazo que daba la sensación de ser agradable y cálido para ambos en la fría noche de sábado, casi domingo. La imagen de Agatha entre los brazos de otro, así de confiada y cómoda es capaz de instalar algo extraño en la boca de mi estómago.

Ella se sube al coche de él, con una normalidad y tranquilidad que no demostraba cerca de mí. El chico moreno, por otro lado, mira con determinación nuestro vehículo. Gracias a las luces amarillentas de la plaza de la universidad puedo divisar tonalidades azuladas en su mirada, reconociendo quién es.

Jairo Ruiz observa el 4x4 con más curiosidad que antes. Aunque los cristales son polarizados, tengo la sensación de que a la persona que está buscando soy yo. No lo quiero admitir, pero aquello me intriga y aterra por partes iguales.

«¿Qué quieres Jairo Ruiz?»

N/A: Hemos llegado a los 2K, ¡qué fuerte! Cuando baje "Opuestos" en septiembre no esperaba que tanta gente fuera a echarlo de menos y que lo retomaría, y mucho menos que nuevos lectores llegarían. Pidoperdón por dejaros con tanta intriga tan de seguido pero es lo que hay jeje. En realidad, no lo siento en absoluto peeeeeero bueno, pido disculpas igual.

Nos vemos la próximas semana, opuestos.

Nos vemos la próximas semana, opuestos

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.
Opuestos PositivosDove le storie prendono vita. Scoprilo ora