Capítulo 1 "No puedes ser joven por siempre"

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-¡No puedo creer que es hoy! -gritó mi nueva mejor amiga Jenna en mi oído, y sacudió su cabello castaño oscuro por debajo de su boina negra. Ella siempre tan artística.
-Y lo mejor es que estamos juntas en esto -respondí, y nos tomamos de la mano, balanceándonos y chocando una con otra. Jenna era mi nueva y ultra fabulosa mejor amiga; entró el año pasado en último año de preparatoria, y desde entonces, no había podido separarme de ella.
-¿Quién crees que sea nuestro primer sexy profesor? -indagó, mirando la multitud que se aglomeraba en el campus como una colmena de avispas. -¡Oh! Mira ése. Es caliente y maduro. Tal vez es él.

Giré la vista hacia un chico de rasgos finos, pómulos altos y un bonito cabello despeinado. El lugar olía a árboles quemándose y gel anti bacterial neutro. Fruncí los labios.

-No lo creo. Se ve más bien como un desubicado -apunté, empujándome una galleta de chispas en la boca, y Jenna rió entre dientes, sonrojándose.
-¿Tú de verdad crees que sea gay? -inquirió en tono burlón. Me volví para evaluar al chico de nuevo. Pantalones excesivamente ajustados, zapatos converse, camisa y chaquetas pegadas al cuerpo, y, mierda, ¿eso era rímel? Con discreción, me encogí de hombros.
-Al menos tiene un lindo trasero -me reí, y al instante, ambas estuvimos carcajeándonos y chocando las palmas.

Caminamos a través del inmenso campus verde, con una fuente brotando agua cristalina en el centro, y una cafetería que servía unos estupendos cafés Starbucks. Respiré hondo dejando entrar en mis pulmones el aire fresco del césped recién cortado.

Soy ____ Dayne. Nací en Phoenix, Arizona. Siempre he pasado aquí mi vida y los momentos más duros de la misma. Tengo diecinueve años bien cumplidos, y justo hoy, yo comenzaba a formar mi futuro, luego de haberlo cruelmente abandonado por dos largos años en la preparatoria.
Todo cambió repentinamente en mi vida. Es como cuando estás en lo alto de una montaña rusa, y cuando apenas estás pensando en vomitar, ya estás abajo. En esa teoría se basaba mi vida. Primero estoy arriba, disfrutando de la vida y pensando que todo es demasiado bueno para ser verdad, y luego estoy abajo, lamentándome de haber hablado demasiado pronto.

Todo mi grupo escolar se ha desintegrado. Desde el último día en la preparatoria, todos se dispersan por la vida buscando oportunidades para formarse como adultos. Pero no sólo ellos, sino todas las personas que alguna vez creí haber amado. Es como si yo hubiese pasado a la Universidad dos veces.

Entramos en la gran cafetería que poseía un peculiar olor a chocolate caliente y brownies, las veinticuatro horas del día. En el televisor de plasma negro colgado en una de las paredes, daban las noticias en CNN y desde algún lugar sonaba una canción de Skrillex. Revolví mi café con la pajita verde neón antes de llevarla hacia mi boca.

-El joven gángster que puso de cabeza Arizona será puesto en libertad hoy después de permanecer dos años en prisión. El adolescente fue expulsado de su casa y arrestado por inculpaciones de asesinato y saqueo. Sin embargo, todos los cargos fueron retirados repentinamente la noche de ayer. La policía no ha dicho nada al respecto y esperamos...

Me levanté bruscamente de la silla, haciendo chirriar los metales circulares de éstas y vertiendo un poco de café sobre la mesa y mi brazo. Ahora mismo, escuchaba la voz molesta del reportero lejos, como si estuviera al final de un gran túnel ecoico. Jenna me miró con incredulidad mientras sostenía un bolígrafo negro en su mano.

-¿Qué ha pasado? ¿Por qué te levantas así? -preguntó, con los ojos abiertos como platillos.
-Vámonos -musité nerviosamente. La mano que sostenía el café temblaba, y hacía pequeños círculos con el pie en el suelo amarillento.
-¿Qué ocurre? -ella frunció el seño.
-Sólo vámonos -susurré. Asustada y atolondrada, ella tomó su gran cuaderno y lo llevó apretado en su pecho mientras caminaba a pasos cortos y rápidos detrás de mí, intentando igualar mis zancadas enormes y desesperadas. Tragué saliva. Sentí que mi estómago se encogía, y en mi frente se estableció una fina capa de sudor viscoso.

LOST | 2da TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora