Capítulo dos.

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Draco.

Cada grano de arroz caía sobre nuestros cabellos, pero lo único a lo que realmente presté atención fue a la sonrisa de Dattia mientras bajaba de mi mano las escaleras riéndose por los comentarios de nuestros amigos. Todos los invitados de la boda despidiéndonos para nuestra luna de miel. 

— Ya está todo empacado Bro — Blaise se acercó con una sonrisa mientras apoyaba su mano en mi hombro. 

— Gracias, enserio — Le sonreí de igual manera.

— ¿A dónde la llevarás eh? — 

— ¡Ah! — Levanté las cejas e hice una seña de mi mano diciendo que mi boca estaba completamente cerrada. 

— Bueno, pero apuesto que aquí no es — Rió. — Se la pasarán de bomba —

— Lo haremos, tu tranquilo — Nos abrazamos y me dirigí al auto para esparar a Dattia que conversaba animada con sus amigas.

Dattia.

La boda había llegado a su fin y la hora de la despedida había llegado. Tiré mi ramo de rosas que cayó en manos de Ginny, y los comentarios de nuestros amigos no iban a faltar. Harry sería el siguiente.

— ¿Te dijo a dónde irán? — Ginny me tomó de las manos.

— No, es una sorpresa — Negué con una sonrisa inquieta.

— Bueno, seguramente será algo hermoso —

— Estoy segura de eso, Draco es impredecible — Reímos.

— Amiga, ponte protector solar, usa sombrero de playas, cuídate mucho — Dijo emocionada con unas cuantas lágrimas esperando por salir.

— Lo haré, te amo amiga — Le di un fuerte abrazo y puede escuchar el "Yo también" completamente quebrado. Al separarnos, Ginny se dio la vuelta para ver a Harry que estaba con ambas manos en su bolsillo y carita de cachorro triste. 

— Aw — Dijo Ginny volteando a verme otra vez. — Ve hablar con el, te extrañará muchísimo —

— Eso haré — La abracé una vez más y fui caminando hacia donde estaba Harry. — Qué pasa — Golpeé levemente su hombro y este rió.

— ¿Te cuidarás? — Preguntó sin ser capaz de mirarme a los ojos.

— Si, Harry —

— Será extraño no compartir el mismo techo eh — Dijo divertido pero sus ojos decían lo contrario. 

— Harry ¿Sabes que no me voy para siempre, verdad? —

— Lo sé, es solo que.. eres mi mejor amiga, y para mí eres como una pequeña nena a la cual tengo que cuidar —

— Harry.. — Murmuré emocionada y me acerqué para abrazarlo. — Siempre te querré —

— Yo también Dattia, siempre te quise y siempre te querré — Dijo correspondiendo mi abrazo y luego se separó. — Anda, tienes un avión por abordar —

— Te veré pronto y recuerda que Ginny alcanzó el ramo eh — Dije divertida y reímos. Caminé hacia el auto donde Draco me esperaba con una sonrisa y se corrió para abrirme la puerta. 

Draco. 

Dattia ocupó el asiento del acompañante mientras yo el del conductor y antes de avanzar hechamos un vistazo a nuestros amigos una vez más, quienes nos saludan y sonreían desean lo mejor desde su corazón.

— ¿Lista? — Le pregunté mientras tomaba su mano. Ella me miró con una sonrisa.

— Lista — Me sonrió de esa forma tan única que tiene y prendió la radio para escuchar sonar A nova vida de Carter Burwell  y el auto empezó a moverse hasta alejarse poco a poco de todo, de absolutamente todo. Hoy era el comienzo de una nueva vida y nos esperaba nuevos retos, nuevos problemas, nuevos momentos y nuevas decisiones, pero todo.. juntos. 

Dattia.

Y el avión fue descendiendo poco a poco pero Draco no me dejó ver absolutamente nada hasta que finalmente nos subimos a un taxi privado, y desde la ventanilla pude ver a la estatua del cristo en la punta de una montaña iluminada por colores, Brasil Río de Janeiro era nuestra luna de miel. Miré a Draco y ambos sonreímos mientras nos tomábamos de la mano.

— Pare aquí por favor — Pidió en portugués y el taxi se detuvo. Draco abrió las puertas y estiró su mano para ayudarme a bajar y como si fuera una especie de fiesta, todos cantaban, bailaban y se besaban en el medio de calle. Nos tomamos de la mano mientras reíamos y nos mezclábamos con el resto de las personas.

— Ven aquí — Dijo divertido y me envolvió en sus brazos. — Te amo nena — Murmuró antes de que nuestros labios se unieran en un tierno beso. Entrelacé mis manos en su cuello y dejé que Draco abriera un poco mis labios con su cálida lengua y jugara con la mía. Y empezamos a caminar hasta finalmente llegar a un lugar donde había barcos realmente bonitos. Draco subió las maletas y encendió el motor.

— ¿Entonces no nos quedaremos en río? — Pregunté emocionada.

— Isla Esme, un regalo de mi madre — Dijo con una sonrisa mientras navegábamos por el mar, era de noche y no se podía ver mucho hasta que finalmente llegamos. Una Isla hermosa con una casa enorme y completamente para nosotros solos, cálida, llena de luces, me encantaba, realmente era hermosa. 

Draco dejó las maletas en el suelo y automáticamente me levantó en brazos y giró la puerta para que ambos pasáramos.

— ¿Es necesario esto? — Pregunté divertida

— Me gusta ser tradicional — Sonrió pícaramente y me bajó con cuidado al suelo luego de entrar. — Ve a observar la casa, iré a traer las maletas — 

Y así hice, fui mirando cada sitio.. y realmente era hermosa, grande, me encantaba. Todo perfectamente decorado de colores bonitos y suaves, Draco sabía perfectamente mis gustos.  Y sin darme cuenta entré a nuestra habitación, y ahí estaba la cama.. perfectamente ordenada, con pétalos de rosas en ella y velas por algunos rincones de la habitación. Levanté la vista y ahí estaba Draco observándome sonriente pero con una pizca de diversión. 

— ¿Te gusta? — Preguntó suave mientras dejaba las maletas a un lado.

— Me encanta todo, absolutamente todo — Sonreí.

— Me alegro mucho, Señora Malfoy — Relamió sus labios mientras esbozaba una sonrisa de costado y acariciaba mi mejilla. Me tomó de las manos y ambos subimos a la cama. —  ¿Quieres divertirte? — Preguntó seductor y tragué saliva.

— Quiero — 

— Entonces.. — Empezó a saltar en la cama como un niño de cinco años, lo cual me resultó muy gracioso y empecé a hacer lo mismo que el. Tomados de las manos como dos nenes jugando a saltar en la cama de sus padres. Hasta que de pronto caímos sobre la cama, y el cayó sobre mi. 

 — Nuestra luna de miel.. — Murmuró con una leve sonrisa. 

— Nuestra luna de miel — Entrelacé una de sus manos con la mía y no me sorprendía saber lo perfectas que encajaban.  

Los besos de Draco se entornaban dulces y tiernos, recorriendo desde mi boca hasta cada lugar más remoto de mi cuerpo, explorando cada lugar en el que ya había estado pero que no se cansaba de volver.  Y nuestras bocas se encontraban solo por unos segundos antes de que el desaparezca nuevamente para bajar sus besos hasta mi cuello volviéndose más salvaje, pero sin perder la ternura. Mis manos jalaban de su cabello cada vez que el ingresaba en mí. 

Nuestras miradas se conectaron y Draco me acostó con cuidado sobre aquella almohada ya desplomada y sus manos se encaminaban hacia mis pechos. 

Draco.

El beso de Dattia sabía cálido y profundo, deseaba estar en sus brazos para siempre. Si estaba seguro de cuánto la amaba. Y como por arte de magia, ya estábamos desnudos en aquella cama acariciándonos, sintiéndonos, besándonos como antes nunca lo habíamos hecho. Nos empezamos a mover en las sábanas expresando todo el amor que nos sentíamos, como tantas veces ya habíamos hecho. 

Me separé un poco y sonreí a ver como su felicidad llegaba a sus ojos. Eso es lo que más quería en el mundo. 

Separé sus piernas nuevamente para ingresar una vez más y un nuevo sonido salió de su boca. Sonreí. Dattia movía sus caderas al compás, se veía realmente hermosa.. ella lo era en todos sentidos. 

Haunted: If I Stay || Sex with the Enemy 2 [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora