Efecto de Luna [Chanhun]

IV

Es de muy noche y en su forma lobuna empapada, Sehun sabe que su lobo se ve demasiado cansado, aunque solo se trata de ese malestar que a cada noche lo ataca con más fuerza y en el cual, la temperatura alta era más difícil de menguar.

Y en esta ocasión, Sehun se encuentra con tanto calor que no razona correctamente y solo se mueve por el bosque con inercia, más ocupado tratando de aclarar sus pensamientos y no sentirse tan entre adormecido y fatigado.

Entonces su hocico capta la presencia de otro lobo, uno por completo desconocido y que no pertenece a la manada.

Por inercia, comienza a retroceder, pues en su estado le sería difícil enfrentarse a alguien y más aún, a un macho adulto como el que se encontraba cerca.

De golpe por el temor, Sehun siente como sus sentidos se agudizan y como su consciencia respecto hacia todo lo que le rodea se hace más clara como si estuviera despertando de un sueño.

Entonces piensa y actúa inteligentemente, retrocediendo lentamente y agradeciendo que el viento está a su favor para huir y alertar a la manada.

Ya para cuando se ve a si mismo a una distancia relativamente lejana, siente como un alivio se va instalando en su ser a medida que se encuentra cada vez mas lejos.

Uno que considera demasiado pronto en cuanto oye un aullido fuerte, que lo hace temblar y anuncia sed de sangre.

Sehun cree que no hay mejor opción que la de correr.

Con una agilidad muy propia de su lobo y aprovechando el tamaño del mismo, se escabulle por un camino por el que supone, aquel lobo difícilmente podría seguirle el paso, y recordándose que solo debe hacer tiempo, pues de seguro los de su manada escucharon aquel aullido.

No podía tomar el riesgo de volver a la manada, pues el camino era más despejado que el que ahora está tomando, y eso representaba una gran probabilidad de ser alcanzado antes de llegar.

Sabe que no puede correr lejos de su enemigo por siempre, y recuerda que la mejor seguridad que podría obtener del bosque se encuentra entre las ramas de la copa de un árbol lo suficientemente alto que un animal adulto no podría trepar.

Entonces Sehun lo ve, el árbol perfecto y como muchas veces antes, siendo anticipado, siente como un regocijo de victoria se va instalando en su interior.

Gran error.

Cuando el lobo gris gana impulso y salta, para aterrizar en el tronco y comenzar a ingeniárselas para trepar, en ese momento, siente como unos colmillos se instalan dolorosamente como nunca recordaba en su lomo.

Aquel lobo lo iba a destrozar.

Sehun no lo ve, pero aquel lobo pelinaranja aspira su aroma con lentitud mientras sus ojos fieros, se van cerrando y se vuelven a abrir con una nueva intención en ellos.

El lobo de Sehun esta tan a la expectativa por la próxima acción del otro, que se queda estático, sin la intención de provocar aún más la furia del contrario.

El lobo desconocido gruñe con un mensaje claro para Sehun, quien en esos momentos solo desea que se le presente tan solo una mínima oportunidad para huir.

Como si fuera un pequeño cachorro, aunque con dolor incluido y sin ser sostenido del pescuezo, Sehun siente como lo desprenden del árbol y lo depositan sobre el suelo.

El lobo gris, con las orejas agazapadas del susto tiembla un poco sintiendo como apenas se mantiene en pie, luego de que el cambiaformas a su espalda desprende sus colmillos de su lomo.

La cabeza de Sehun maquina como nunca antes lo había hecho, buscando una estrategia, un buen plan que lo haga salir ileso de allí.

"Si tan solo esto hubiera ocurrido luego de la noche de Luna Llena" se comienza a lamentar.

"De seguro lo habría enfrentado y lo habría derrotado"

Las intenciones de la criatura a sus espaldas se hacen clara en cuanto clava sus garras a sus costados y apoya su peso sobre el lobo gris.

Y una sensación horrible viene a Sehun, en un efímero segundo en el cual se pregunta qué carajos es lo que realmente esa bestia quiere hacer con él y cómo es posible si eso va en contra de la maldita naturaleza.