A coffee before fucking. [ taekook ]

열 다섯.

— ¿Cómo está mamá?

Después de estar un buen rato en silencio, Taehyung pregunta.

No sé en qué momento fué cuando mi mente accedió a la idea de ir por un café con mi hermano. Y cuando ya lo había pensado muy bien, no me daba tiempo de negarle, puesto que mi cabeza ya había asentido ante la propuesta. Taehyung solo me regaló una sonrisa después de eso.

Joder, hacia qué mi estómago se estrujara fuertemente.

Hace aproximadamente quince minutos, nos habíamos topado con el lugar dónde nos encontrábamos esperando nuestra orden, a unas calles cerca del hotel, en una pequeña plaza. Buscamos una cafetería y fue la primera que se nos presentó así que entramos sin decir más. El lugar agradable, con el olor más delicioso y estilo vintage.

— Ella está bien...—respondí sonriendo de lado por inercia recordando a mi madre con la típica sonrisa con la que siempre llegaba a casa.

Durante los años que mi padre y Taehyung se fueron, fuí testigo de toda la tristeza acumulada en mi madre cada día. Ella solía cerrar la puerta de su cuarto cuando quería llorar, para que no la viese, pero podía oírla perfectamente. Sabía que ella no quería que nada sobre el divorcio me afecte e intentaba sonreír y mimarme lo más que pudo, pero sabía lo rota que la tenía eso por dentro.
Agradezco a mi mamá tanto por ello, gracias a las infinitas distracciones que tuvimos, yo pude mantenerme como un niño feliz y mi madre pudo ignorar el dolor en su corazón por al menos algunos instantes.

Yo solía extrañar mucho a Taehyung... lo recuerdo perfectamente, me recuerdo las primeras semanas de su ida durmiendo en su cama mientras sollozaba, solía ser muy pegado a él, o eso creo... tengo alguno que otro recuerdo borroso puesto que era muy chiquito. Mi madre venía a arroparme y dormir conmigo, pasando tiempo conmigo... intentando llenar ese vacío.

En poco tiempo nos volvimos solo ella y yo, contra el mundo.

Hoy en día salimos juntos adelante, nos reímos juntos, tenemos la suficiente confianza, ella quiere lo mejor para mí y yo para ella. Mi madre se volvió alguien fuerte, trabajadora y digna de admirar. Pensar en mi mamá siempre es bonito.

— ¿Porqué no vino contigo? —cuestionó de nuevo, sacándome de mis pensamientos.

— El trabajo no se lo permitió, supongo. Además fué una decisión de último momento. Pero me mandó con Seokjin...— una risa algo bajita se escapó de mis labios al recordar a mi primo, que en vez de cuidarme a mí, yo termino cuidando de él.

— El rubio, tu primo... bueno ¿nuestro? — intentó sonreír pero le salió una mueca en vez de ello.

— Si...

Ya no sabía que agregar al asunto, tenía ansiedad y muchas ganas de mandar a la mierda todo esto pero era imposible. Éramos hermanos, nada podía pasar, todo eso nos estaba prohibido.

Gracias al cielo los pedidos llegaron y dejaron nuestras pequeñas tazas frente nuestro, agradecimos y el mesero se retiró. Observé a Taehyung con una sonrisa y lo ví relamiéndose los labios mientras sus ojos examinaban en café en su taza.

Sus labios...

Si tan solo pudiera regresar al tiempo un poco antes de saberlo todo, los hubiese podido disfrutar un poco más... A él completo.

— Está delicioso, prueba. — habló después de darle el primer sorbo a su café mientras yo y mis pensamientos estábamos por otra parte.

Asentí llevando a mi boca la taza de café algo aturdido por mis pensamientos llenos de el chico que se encontraba al frente mío.
No me di cuenta del rostro de Taehyung dándome una advertencia y de la temperatura de la taza chocar con mi mano.