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François-Marie Arouet más conocido como "Voltaire" dijo una vez: "Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una". Así mismo Jane Austen dijo: "Desde el primer momento en que lo vi, mi corazón fue irrevocablemente suyo"

Esa noche fue la más oscura de todas, fue la noche en donde supo que no había salida.

Zayn iba camino a la biblioteca, el manto de estrellas cubría por completo toda la ciudad, los niños habían vuelto a casa luego de haber jugado toda la tarde, los taxistas dejaban de trabajar porque a esas horas era donde más ocurrían los delitos, los búhos comenzaban a ulular, las luces se iban apagando y lo único que brillaba eran los semáforos.

Cruzó en una esquina, caminó otra calle y llegó. Se adentró dentro de la enorme biblioteca que para esas horas daba miedo, era escalofriante y tenebroso, el moreno siempre tenía miedo cada vez que entraba a ese lugar, pues creía que algún fantasma o cualquier cosa paranormal iba aparecer causándole un paro cardíaco.

Encendió la luces del lugar, estaba solo, la bibliotecaria le había entregado una copia de la llave del lugar para que éste limpiara el área por las noches. Zayn siempre aprovechaba para leer algo, era otra de sus salidas, era otra forma de escapar de la realidad que lo azotaba cada vez que parpadeaba.

Comenzó ordenando los libros en sus estantes, de la A a la Z y por secciones, la sección de niños siempre iba a la izquierda, era un pequeño lugar con estantes de colores con cuentos sobre éste, varias sillas y mesas pequeñas de colores, con una alfombra debajo, la sección de literatura iba en el medio únicamente con estantes grandes de madera y los libros de cualquier poeta o escritor dentro de éste mismo, la sección de terror y cosas paranormales iba al fondo, se podría decir que las luces en ese espacio eran más opacas dándole un aspecto tenebroso a todo aquel que se sentara a disfrutar de un buen libro...

-"¡Mierda!" -Exclamó. Los libros de algún estante cayeron al suelo, se agachó para recogerlos y devolverlos a su lugar pero se encontró con un título que llamó su atención: El Diario de Ana Frank.

Era un hermoso diario donde la niña relataba su vida durante el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial. Se quedó observando la caratula de éste por más de unos segundos, sus pies se movían por sí solos como teniendo vida propia y sin darse cuenta se encontraba leyendo el contenido de éste. 

"24 de diciembre de 1943.

...Créeme, cuando llevas un año y medio encerrada, hay días en que ya no puedes más. Entonces ya no cuenta la injusticia ni la ingratitud; los sentimientos no se dejan ahuyentar. Montar una bicicleta, bailar, silbar, mirar el mundo, sentirse joven, saber que soy libre, eso es lo que anhelo, y, sin embargo, no puedo dejar que se me note...

...Las medidas antijudías sucedieron rápidamente y se nos privó de muchas libertades. Los judíos deben llevar una estrella de David; deben entregar sus bicicletas; no les está permitido viajar en tranvía; no les está permitido viajar en coche, tampoco en coches particulares; los judíos sólo pueden hacer la compra desde las tres hasta las cinco de la tarde; sólo pueden ir a una peluquería judía; no pueden salir a la calle desde las ocho de la noche hasta las seis de la madrugada (...)

...Nadie escapa a esta suerte, a no ser que se esconda. [...] No respetan a nadie: ancianos, niños, bebés, mujeres embarazadas, enfermos, todos sin excepción marchan camino de la muerte...

✟Don't Leave Me, Please   {Z.M}✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora