Para el público

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—Ponle una orden de restricción —declaró Sue tajante. Brazos cruzados y expresión fría.

—El problema es que no sé quién es —dijo Johnny estirándose sobre la mesa, con la frente pegada a esta. Su mano tocando la taza de café de Ben—, o si sólo es una persona o un grupo.

Una mano se colocó sobre su hombro. Peter. Lo sabía, era quien estaba a su lado, quien siempre lo apoyaba y le demostraba que estaba ahí para él.

O podía ser Reed que se había estirado. Decidió asomarse para verificar. Sí, era Peter. Quien al encontrarse con sus ojos le dio una sonrisa consoladora.

—Revisaré las cámaras de la calle —le dijo Reed—, y mencionaste algo de unas cuentas ¿No? También las rastrearé.

—Yo ya lo intenté —dijo Peter quien, gracias al cielo, no había retirado su mano—, todas están hechas con información falsa e IP en diferentes estados del país. Una incluso de otro continente.

—¿Puede ser una coincidencia? —preguntó Ben antes de tomar otro sorbo de café. Ni siquiera él mismo se veía convencido de que esa pudiera ser una posibilidad.

—No es que sea imposible —dijo Reed—, pero es poco probable que el mismo contenido sea mandado por tantas personas diferentes cuando no se ha hecho público el detonante.

—Sólo elimina todas tus redes sociales —le dijo Sue.

—No puedo hacer eso. Soy una celebridad en el siglo XXI, hermana. Twitter es el oxígeno que respiro.

Sue rodó los ojos y sabía que Peter estaba rodando los ojos también.

—Al menos sabemos que es alguien en Nueva York —agregó Ben—, si escuchó tu conversación en persona con Spider-Man.

Johnny no se había percatado de que hubiera alguien. Peter tampoco. Estaban sentados en una terraza solos. En medio de sus poco fructíferos intentos por coquetearle a Peter, había mencionado lo desesperado que estaba por una pareja. Nunca hubiera imaginado que eso desencadenaría un acoso cibernético por una o varias personas ofreciéndose intensamente para ser ese alguien especial. Sabía que esa era la razón porque lo habían llegado a mencionar. Y no es que fueran las primeras propuestas que recibía así, el problema con estas es que eran constantes y cada vez iban subiendo de tono sugiriendo cómo tendrían sexo, cómo se lo haría, empezaron a llegar fotos de genitales cual pornografía, que fue la parte que lo hizo sospechar que eran varias personas. Pero entonces llegó una foto que le habían tomado mientras paseaba con Valeria y supo que eso ya era demasiado.

Así que allí estaba, con su familia, tratando de ver qué hacer.

—Tal vez se terminaría si consiguieras una pareja —dijo Peter.

—No es que pueda sólo ir y elegir en un repertorio.

—¿Estás bromeando? Eres Johnny Storm, cualquier persona querría salir contigo.

—Ya lo sé —dijo Johnny, en lugar del "tú no quieres salir conmigo" que estaba pensando—, ese es el problema ¿Recuerdas? No quiero escapar de un acosador para caer en otro. Y cualquier chica decente ya ha demostrado que no puede estar demasiado tiempo conmigo. Necesitaría una relación que dure lo suficiente hasta que los haga desistir.

—Bueno, debe ser alguien en quien confíes —dijo Peter palmeando su espalda—, y no necesariamente de verdad. Solo debes engañarles. Pide a alguna de tus amistades que finjan contigo o algo así.

—¿Qué? ¿Te estás ofreciendo? —se burló Ben.

Sabía de antemano que no era así, pero la posibilidad hizo que Johnny se girara a mirar a Peter con tanta expectativa que le dolió el cuello.

Para el públicoWhere stories live. Discover now