<<Ventotto>>

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<<Ventotto>>

''No lo sé a ciencia cierta, pero supongo que los momentos especiales entres dos personas surgen cuando empiezan a decirse verdades de modo tan frecuente a cuando se decían mentiras'' Por Favor Rebobinar.

Me abracé las rodillas esperando atenta a que comenzara su historia, le tomó cierto tiempo y varias respiraciones profundas para poder abrir la boca.

-Siempre me ha asustado el no poder ser lo suficientemente fuerte para afrontar lo que venga en el futuro.-dijo frunciendo el ceño-. Hace dos años mientras los chicos se preparaban para sus primeras citas y para sus primeras fiestas en grande... Bueno, yo me pasaba mis tardes pensando en como sería mi vida y en que tendría que hacer para que fuera tal y como yo siempre la había imaginado. Pero conforme más pasaba el tiempo y más lo pensaba; me daba cuenta de que no sabía manejar las cosas  a mis escasos dieciséis años y me aterraba, me aterraba el que las cosas se me salieran de control . Agrégale a eso la presión de cumplir todas las expectativas de tu familia, amigos, maestros y una larga fila de conocidos que me creían un niño genio. Todos esperaban que me graduara con honores, fuera a la Universidad y mantuviera sobre todo el honor de mi apellido. Así que me gradúe de la preparatoria un año y  medio antes que todos y apliqué para distintas Universidades. Pero pronto todo se volvió una basura: que si mi madre quería que fuera médico, que si papá quería que fuera abogado pero entonces como se me daban muy bien los números  que mejor estudiara ingeniería. No quería decepcionar a nadie y toda esa presión me provocó ataques de ansiedad, en las noches me despertaba sobresaltado con el corazón a mil y con el peso del mundo hormigueandome los brazos. La pasé mal.

Se quedó callado durante varios minutos. Esa parte de la historia me decía que a continuación vendría lo que mas trabajo le costaba contar, lo que desencadenaba todo. La llave a la caja de Pandora. Su mirada se ensombreció y sus ojos azul galáctico se apagaron.

-Luke, no es necesario que...

-Quiero contártelo.-interrumpió-. Solo necesito poner en orden lo que voy a decir. Por favor no me odies.

Suplicó.

Cada vez entendía menos.

-No podría hacerlo.-murmuré siendo sincera, podría querer golpearlo hasta dejarlo morado pero odiarle jamás.

Odiar a otra persona era un sentimiento muy fuerte y se necesitaba de toda una vida de errores para poder sentirlo hasta los huesos. Odiarme a mí misma era diferente porque me conocía y detestaba el tener que lidiar con mi persona a diario. Durante diecinueve años había puesto en práctica el generar rencor por cada pequeña cosa que me hacía sentir miserable. Pero yo no odiaba a nadie más, ni se me pasaba por la cabeza el hacerlo con este chico se vulnerables ojos azules.

-Es solo que nunca le había contado esto a alguien externo.-admitió mordiendose el labio-. A simple vista podrías decir que luzco como alguien sin problemas.

Y lo hacía, sus despreocupados ademanes, su sonrisa perezosa y el brillo en su rostro podían llegarte a confundir si no mirabas más a fondo, si no estudiabas con detenimiento la forma en que apretaba los labios para mantener la expresión alegre.

-Me drogué por un tiempo.

Soltó de súbito. Antes de perder el aliento y el repentino ataque de sinceridad.

Mi cabeza se levantó de golpe, olvidándome por completo de la arena mojada donde estaba sentada.

-Que...

-Por un tiempo.-interrumpió-. Es decir, era joven y estúpido aunque no es como si fuera maduro y responsable ahora pero creo que estaba buscando una manera de mantener raya a los demonios. Me junte con la gente incorrecta y en eso se fue gran parte de mis ahorros. En un momento ahorraba para comprar una guitarra y al otro  estaba tirado en mi habitación sin tener control de mi cuerpo. Vinieron las fiestas, incluye  alcohol; era como si quisiera vivir todo lo que me había perdido por tratar de ser el hijo, estudiante y hermano perfecto en una sola noche. Cumplí diecisiete y mi vida estaba en la borda. Mis padres estaban decepcionados, la Universidad estaba olvidada y mis hermanos tenían que lidiar con mis borracheras y la resaca a la mañana siguiente. Me daba miedo el futuro, esa incertidumbre de no saber que pasaría conmigo si tomaba las decisiones equivocadas y por eso caí en tomar y drogarme porque podía ser solo yo sin rendirle cuentas a nadie más al final del día.

Forte Oscurità [Hemmings] |Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora