MARATÓN

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Las chicas, sentadas en el suelo junto a la mesita de la sala, escucharon las risas provenientes del pasillo, y no era para menos, dos del trío que estaba llegando eran los dueños de las carcajadas más estridentes del edificio: Mandy y Hoseok.

— ¡Puta mierda de frío! —gritó Mandy, adentrándose al apartamento antes que sus amigos.

—Si, ha llegado mi chica. —repuso Jungkook desde el sofá, aunque no despegó los ojos de la pantalla, donde lideraba una batalla.

Taehyung y Hoseok venían detrás, vibrando por los cero grados que azotaban afuera, aunque ninguno de los tres tardó un segundo en quitarse los abrigos, porque allí, en el apartamento que todos compartían, parecía pleno verano.

—Madre mía Beth... ¿qué hablamos de la calefacción? —jadeó Hoseok, arrancando casi con desespero la bufanda que cubría su cuello y rostro.

Pero su chica no estuvo atenta a los reclamos. Estaba pasando el pincel del esmalte cuidadosamente sobre la uña pequeña de Rebeca, y recibiendo a la vez un beso en la coronilla de Mandy, quien después de saludar a sus "dos niñas" como ella las llamaba, había hecho una carrerilla hacia el sofá, y se había trepado a la espalda de su chico en busca de calor, deslizando sus manos gélidas bajo su camiseta y haciéndolo pegar un chillido y un salto a la vez.

—¡Por Dios, sal de aquí! ¡¿es que estás muerta?! ¡Mierda!... Vas hacer que me maten a mí.

Taehyung terminó de quitar sus capas, y mientras despeinaba el cabello que había dejado su boina, buscó a su novia en el desastre de aquella sala. Beca iba leyendo un libro con una mano, la otra la llevaba firme sobre la mesa, donde la más pequeña de todos se estaba encargando de dejar sus manos monisimas. Se sonrió de lado viendo la escena.

—Eh, Hobi, déjala... me gusta que Beca use shorts en invierno.

Rebeca bajó el libro al oír la voz grave de su chico, que parecía aún más gruesa a causa del insoportable frío, y le sonrió enormemente por el halago disimulado, gesto que claro, recibió de vuelta.

—No es fácil pasar del verano eterno a esto ¿sabes? —se defendió Elizabeth, luego de terminar con la uña, guardar el pincel y pasarse una mano por su largo cabello.

—Claro, que mi niña viene de la selva, no puede exponerse a estos cambios de clima. —agregó Mandy, aún desde el mismo sitio en las espaldas de Jungkook.

—Eh, ¿por qué no te vas tú a la selva y me dejas terminar esta partida?

Taehyung carcajeó ante la interminable riña del par, mientras se sentaba él también en el suelo, a espaldas de Beca, quien sin decir nada dejó caer su cuerpo en su pecho y continuó con su lectura. Había evolucionado un montón en su nuevo talento de leer en medio del caos que en aquel piso residía siempre.

Tae calentó sus manos un poco contra la losa radiante del suelo, y otro poco con el vaho de su propia boca, antes de plantar las manos en los muslos de su chica, y echarle una ojeada al videojuego de Jungkook.

—Más quisiera yo irme a la selva, ahora mismito. Seguro que hay perezoso más bonitos que tú. —lo hostigó Mandy, plantando un beso en su cuello muy discordante con sus palabras, y haciendo a Jungkook retorcerse por las cosquillas.

Hoseok se acercó al grupo, luego de bajar un poco la temperatura del termostato. Se quitó la última sudadera que tenía y la puso sobre los hombros de Elizabeth, siendo consciente que la chica sentiría en cualquier instante ese par de grados que él se había encargado de descender. Cuando ella lo miró volcando su cabeza atrás, aprovechó el momento para darle el beso de bienvenida que aún le debía, y se dejó caer junto a Beth, llenando su boca con un paquete de frituras que -siempre- había abierto sobre la mesa.

Apartament 801Where stories live. Discover now