—¿Te gusta el cine?

Silencio.

—A mi me encanta. Suelo ir todos los miércoles, un miércoles elijo yo la peli y al próximo la elige Liam. A él le gustan sobretodo las películas de Marvel y las de coches que van a 200km por hora... yo no las soporto. Prefiero ver películas de amor, lo sé, es un cliché que a las mujeres nos gusten esas películas bobaliconas que no sucederán nunca en la realidad, pero a mi me encantan. Sobre todo cuando los protagonistas son altos, fuertes y besan a la chica de forma dulce primero y con pasión después...—Hablaba como si mi acompañante estuviese deseando que le contase todas aquellas chorradas, pero nada. Él conducía y yo soltaba aquella parrafada sin sentido. —¿Qué películas te gusta ver a ti?

—Me gusta conducir en silencio, Marfil—dijo girando a la derecha con tranquilidad y un dominio impecable del coche.

—El silencio significa que no hay nada que decir.

—Exacto —contestó él satisfecho.

—Y yo siempre tengo algo que decir—agregué casi pisándolo.

—A veces el no decir nada dice más que una conversación de horas.

—¿Ah sí? ¿Entonces qué dices tú cuando estás tan callado? —pregunté, disfrutando de tener una excusa para poder observarlo. Me encantaba su perfil... su nariz recta y su mandíbula cuadrada... podría haberme pasado horas contemplándolo.

—No quieras saberlo.

—Pero quiero.

Detuvo el coche frente a un semáforo en rojo y me brindó con el regalo de una mirada helada de sus ojos marrones.

—No quieras conocerme Marfil. No estoy aquí para ser tu amigo.

No quería su amistad sino algo mucho más intenso, algo mucho mejor y algo mucho más placentero.

—¿Te gusta mi vestido? —solté ignorando su último comentario.

Sebastian maldijo entre dientes y volvió la vista a la carretera.

Sonreí, divertida con la situación. Le sacaba de quicio y eso me gustaba.

***

Liam nos esperaba frente a los cines AMC, situado en la diecinueve con la sexta. Los tres éramos miembros, y podíamos ver hasta tres películas por semana solo pagando 20 dólares al mes. Era una fanática del cine, siempre que podía me escapaba a ver una de las nuevas pelis que salían, incluso iba a sola, no me importaba.

Antes habíamos pasado a recoger a Tami por el campus, a la pobre casi le da un infarto al ver a Sebastian, pero le expliqué la situación durante el trayecto del campus al cine. Cuando nos bajamos del coche, yo enganchando mi brazo en torno al de mi querida amiga, los ojos de Liam se fruncieron con hastío y a Tami empezaron a pesarle los pies.

—No me habías dicho que él iba a estar aquí—se quejó en voz baja. Aunque mi amiga tenía carácter, pocas veces lo sacaba a relucir. De ahí que me quedase tan sorprendida el día que se peleó con Liam en medio de la calle, nunca la había visto tan enfadada. Ya ni me acordaba de lo que él le había dicho pero sé que fue una tontería.

Liam, por el contrario, tenía poca paciencia con las chicas como ella, tan tímidas y tranquilas. De ahí que yo fuese su mejor amiga. Se me pasó por la cabeza lo feliz que sería Sebastian si tuviese que cuidar de Tami en vez de a mí y al pensar en eso no pude evitar girar la cabeza para observarlo.

Iba unos cuantos pasos por detrás, lo miraba todo como desafiando al universo a osar ponerme una mano encima, y esa sensación, en el fondo, me encantaba.

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⏰ Last updated: Oct 17, 2019 ⏰

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MARFIL © (1)Where stories live. Discover now