CAPÍTULO 38

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Ya hace dos días que salí del hospital y aún no he avisado a Mike ni le he contado a nadie la verdad de mi accidente. Al principio no entraba en mis planes dirigirle la palabra a Mike pero, ¿Qué? Necesitaba escupirle unas cuantas palabras a la cara y esta vez no voy a llorar, lo que me ha hecho no merece que derrame ni tan si quiera una sola lágrima.

Llegué a su casa y llamé a la puerta enfadada, pero según pasaban los segundos sentía pena por enfadarme con él... no era capaz ni de eso. Abrió la puerta

Y le abracé.

Si, le abracé.

Subimos a su habitación y me senté en la cama, pero en la parte más cercana de la puerta dejando está abierta.

- Ali, ¿pasa algo?

- Lo sé

- ¿Perdón? – dijo algo confuso –

- Si Mike, lo sé. Sé la verdad de lo que hiciste – dije mirando mis manos que temblaban, al igual que mi voz.

- Ali, esto...

- ¿Por qué a mí, Mike? ¿Por qué tuviste que hacérmelo a mí? ¿De verdad tanto me odias? Es decir... ¿Sabes lo mal que hasta hace dos días lo pasaba sin saber que había hecho yo o quién era el chico de la máscara? ¿Qué te he hecho para que me hicieras pasar por todo eso?

- Vas a tener que creerme

- Vas a tener que currártelo muchísimo para que alguna vez te mire a la cara – dije levantándome de la cama para salir de aquella casa –

- Déjame entonces explicártelo – dijo acercándose rápidamente a mí -

- Tienes 1 minuto – susurré alejándome de él –

- Es posible que los motivos que te di por os que me fui no fuesen todos. Los que te di eran ciertos, pero no eran todos. El señor se llama Gorca. Se dedica a la droga y bueno, yo trabajé para él durante un tiempo, un día paré de comprarle y vender. Él se enfadó y aunque no le debía nada me obligó a pagarle no me acuerdo de que cantidad. Me dio dos días. Pasado el plazo yo no le había pagado, no tenía ese dinero y no podía pedírselo a mis padres. Amenazó con matarme, pero entonces se enteró de quién eras. Me dijo que te mataría a ti, yo conseguí el dinero, pero aun así me obligó a hacerte pasar por todo eso. Supongo que como para decirme que me anduviera con cuidado. Nunca lo hubiera hecho Alison, pero si no lo hacía te mataría. Me dijo que no te haría daño. Nunca me imaginé que todo podría acabar así.

Me fui a Nueva York porque se enteró de que mi prima está ahí, y entonces él se encargaría de decirme cuando volver y entonces hacer todo lo que... hicimos. Lo siento. De verdad. Entiendo que ahora salgas por esa puerta y me odies.

Me levanté y salí por la puerta. Oí como dio una fuerte patada y rompía varias cosas

Me asomé a la puerta de su habitación

- Necesito pensar – dije dejándole sobre la mano una foto nuestra que por detrás decía "26-07 siempre significa siempre". Es una foto que nos habíamos hecho hace muchísimo tiempo –

Habían pasado un par de semanas, seguía sin hablarle.

Al principio el insistía en verme, me llamaba e intentaba colarse en mi casa. Al cabo de unos días haciendo eso se debió de dar cuenta que eso no valía para nada. Los únicos que sabíamos que yo sabía lo que había sucedido éramos Mike y yo.

- Ali, ¿Piensas comer algo? – dijo John entrándome en mi habitación -

- Vete – le respondí. No quería hacer nada. Ni levantarme de la cama siquiera. Las pintas que tenía eran, realmente, asquerosas –

- Vamos Ali, ¿Qué te pasa? – insistía. –

- John, ya te he dicho, vete – le respondí tapándome del todo –

Salió de la habitación y hablo con alguien. No reconocí muy bien su voz, realmente no me importaba.

¿Cómo debo reaccionar a esto? Es decir, Mike, Michael Parker me hizo eso pero, realmente, si no hubiese sido él quien lo hubiese hecho yo estaría peor. Quizá no pudiese ni contar siquiera esta historia. Fue él quien sujetó al tal Gorca ese cuando este me pegó un puñetazo, quien me ayudo con lo de Fer, quien me ayudó cuando lloraba en Madrid medio borracha... de quien llevo pillada desde que le conozco... aun habiendo estado casi 2 años con otro chico del que, extrañamente, también estaba enamorada. Tenía tal alboroto mental que ni el estar un par de semanas encerrada durmiendo y pensando me ayudaba.

Había bajado 5 kilos, aun comiendo de vez en cuando, cuando estaba sola en casa. Sinceramente, antes estaba delgada pero no tenía problema con mi cuerpo, aunque según el médico debía engordar un poco, ahora estaba realmente delgada. No puedo salir de esta pocilga a la que denomino mi cuarto hasta que haya tomado una decisión sobre qué hacer con Michael Parker.

Le odio, le odio por haber sido capaz de hacer que vuelva a confiar en mi después de haberme hecho pasar por todo eso, pero... ¿Tenía otra opción? Es decir... no llega a pasar eso y me habrían matado...

Le odio, pero necesitaba verle. Cogí mi móvil y me metí en WhatsApp. Primera vez desde que me encerré en mi habitación. A mi móvil le costó 10 minutos arrancar por la cantidad de mensajes que tenía sin leer, tiempo que dediqué a desenredar mi pelo y escoger que ropa me pondría. Ignore todos los mensajes que tenía y abrí mi antigua conversación con Michael Parker

Nada Importa Temp. 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora