《He bad》 kookmin.
Él lo tiene cuando quiere, lo tiene cómo quiere, lo tiene porque quiere.
Él es tan malo.
Muy malo.
Él es el malo.
Él es el mal.
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/Narrador/
Las manos de Jungkook dejaron de hacer presión sobre su herida, por el momento se dedicó a observar la despedida del castaño hacia el rubio, algo distraído posó sus ojos en el techo, aburridamente claro para su gusto, luego fue por las paredes y finalmente por el chico rubio.
Un peligro andante que vestía una delgada camisa, de apariencia risueña, pero lo que más destacaba era aquella prenda, una bastante ligera a la vista para variar.
- ¿Qué tal te sientes? -Preguntó Jimin antes de tomar asiento en la cama, un poco apartado del resto del cuerpo de Jungkook, no quería invadir el espacio del otro -No muy bien, creo -Se respondió con una sonrisa un poco más aliviada que antes.
Kook asintió ocultando una débil sonrisa cómplice, un tanto coqueta -Pronto estaré bien.
-No hay duda de ello, Jin te ayudará mucho, él es genial -Murmuró Park un tanto distraído, sus manos eran interesantes, más que el hombre tendido en su cuarto.
El pelinegro admiró el sitio una vez más, esta vez con un poco más de interés, pero nuevamente Jimin resaltaba en aquel sitio. Su camisa de color verdoso claro combinaba bien con su pálida piel y con su fino cabello.
-Ese chico de antes -Comentó Jungkook volviendo a presionar la herida, que de seguro ya habría comenzado a cerrar por la sangre seca.
- ¿Qué tiene Jin? -Preguntó Park un poco conmocionado, ¿Sucedió algo mal con él? No terminaba de ser el más curioso del mundo.
Los ojos opacos de Kook dieron un brillo malicioso, de aquellos que podían incendiar cualquier cosa con solo pensarlo. Una maldad absoluta.
-Nada, solo me pareció notar algo en él -Murmuró conteniendo sus intenciones -Ya sabes, el castaño.
Jimin asintió al principio, era demasiado obvio que estaba interesado en saber la respuesta, pues mordió un poco una de sus uñas, aquel chico rubio no sabía mentir en absoluto.
- ¿Fue algo malo lo que notaste? -Preguntó pasados unos minutos, su rostro no se contenía al expresar confusión.
-Bueno ricitos, depende de quién sea él para ti -Habló queriendo llegar al grano, solía ser un tanto directo, más de lo que su discreción le otorgaba.
-Somos amigos de la infancia -Comentó el otro ya de pie, caminando hasta su vanidad -Nos llevamos por cinco años, pero siempre nos hemos llevado bien.
Jungkook sonrió al ver la silueta del otro, le estaba dando una gran vista de su trasero sin pedirlo.
-Claro, las buenas amistades que duran para toda la vida -Habló con soberbia.
-Solo di lo que querías decir -Habló Jimin volviendo con unos anillos dorados en sus dedos, le quedaban bien, combinaban con el tono de su cabello.
-Le gustas, es demasiado obvio ricitos -Soltó finalmente, Jimin rio un poco y negó intentando cubrir su boca, un gesto tímido y compasivo.
