After happy hour [ BNHA ♥ EndeHawks ]

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La noche cubría el barrio residencial por el que caminaban, oscuro, tranquilo, con apenas el murmullo de un televisor lejano. Habían salido de uno de esos pequeños bares de suburbio, el centro de un corazón cuyas arterias eran callejones acogedoramente oscuros.

Enji no sabía por qué había aceptado otra invitación de Hawks para «salir por unos tragos», tal vez necesitaba desconcentrarse un poco de todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, la presión, el peligro, el estrés. Fuera lo que fuese, esta era otra noche en la que salía de un bar junto al joven héroe, aunque hoy estaba más molesto que de costumbre. Hawks había bebido mucho y se lo recordaba a cada momento, trastabillando y dando volteretas. Afortunadamente ya casi llegaban a la intersección donde se separaban para regresar a sus respectivos hogares, sólo faltaba un trecho más de ese callejón apenas iluminado por pálidos faroles.

—Endeavor, acompáñeme a mi oficina, por favor —rogó Hawks con una sonrisa traviesa.

—¿Eh? ¿Para qué? Puedes ir tu solo.

—Nop, no puedo.

Enji suspiró, un tanto irritado por esos comportamientos infantiles. Sin agregar nada, ignoró lo que le había dicho y comenzó a caminar hacia el lado que le correspondía seguir, pero Hawks lo detuvo poniéndosele en frente. Se acercó con una mirada filosa y una sonrisa burlona, Enji lo miró sin moverse, como si lo retase a seguir avanzando con una postura defensiva.

—Qué mal, qué mal —dijo Hawks mientras se tiraba suavemente sobre Enji, quien permanecía con los brazos cruzados— Creo que tomé demasiado, ni siquiera puedo volar —movió inútilmente sus alas desplumadas—. Creo que tendrá que cargarme hasta mi oficina.

—Para eso tienes piernas, camina.

Hawks lo empujó con su cuerpo, usó las pocas plumas que le quedaban para hacerlo trastabillar un poco, y juntos retrocedieron hasta quedar apoyados contra una pared. Se miraron durante un tiempo en el que la tensión podía cortarse con un cuchillo, hasta que Hawks comenzó a reír de la nada.

—¿Qué pasa? —preguntó Enji, mirándolo desde arriba.

—Nada, sólo que es más alto de lo que recordaba.

Extendió sus pequeñas alas y se elevó del suelo batiéndolas suavemente, alcanzando una altura que apenas sobrepasaba la de Enji; con suavidad tomó su rostro entre sus manos y se acercó hasta besarlo dulcemente en los labios. Luego de eso volvió a bajar y lo miró como esperando una respuesta, pero Enji no parecía haber sentido nada.

—Estás borracho —le reprochó.

—Muy.

—Vámonos —Enji avanzó empujándolo y continuó su camino— Te acompañaré.

Hawks lo siguió, contento por haber logrado lo que buscaba, admirando la musculosa y ancha espalda del héroe número uno. Enji intentaba ignorar lo que había sucedido, después de todo sólo era un chico borracho, era el tonto de Hawks jugándole una de sus bromas y no iba a dejar que eso lo afectase.

Luego de una larga caminata en silencio llegaron a la oficina, un lugar relativamente pequeño, pero acogedor como un nido, con techos muy altos para que Hawks pudiese movilizarse volando por el lugar. El rubio se desplomó sobre un sillón que había en la sala principal, suspiró y estiró sus alas.

—Me duelen las piernas, siento que no había hecho un ejercicio así en siglos.

—Adiós —dijo Enji, dando media vuelta.

—¡No, espere! ¿No quiere tomar un café o algo? —El héroe no respondió y siguió caminando hacia los ascensores— Pero... ¡Tengo información importante!