Ardiendo intensamente

2.4K 193 61
                                    


El cielo se mostraba ante sus ojos de una forma que jamás lo había hecho.

Era como haber despertado de un largo sueño miles de años después. En otra época, otro cuerpo, otro planeta.

Pero no era de esa forma. No era más que un pensamiento de adolescente recién levantado que miraba somnoliento a la ventana tratando de entender si habían pasado unas horas o días. 

¿O no?

¡Es que lo que observaba no podía haber sido creado por su cerebro medio dormido y mirada desenfocada!

Había un brillo especial y una sensación como de que algo lo llamaba.

—¡Has despertado al fin, maldita sea! — la voz grave que taladró sus oídos y le provocó un revoltijo en sus entrañas le hizo dar un brinco y voltear hacia la puerta de la habitación.

Curiosamente no se había dado cuenta de que todo estaba oscuro, y que afuera era donde se encontraba ese hermoso resplandor que lo había cautivado justo al abrir sus ojos.

Apenas podía pensar con claridad.

No sabía si recordaba aquél sitio o no. Era familiar y completamente nuevo al mismo tiempo.

Esa dualidad le hacía querer tirar de sus cabellos pero aún así no se movió después de girarse.

Unos brillantes ojos lo observaban sin siquiera parpadear y eso le causó escalofríos. De esos en los que puedes jurar que sientes cómo cada vello de tu piel se levanta enseguida.

Pero no sintió otra cosa. Ni miedo, ni ganas de esconderse o huir.

De la misma forma que sucedía con la habitación, esos ojos como el fuego ardiente no le molestaban y algo le decía que quería volver a escuchar esa ronca voz.

Quería decir algo pero no sabía el qué.

Ni siquiera podía hacer uso de sus pensamientos en ese instante.

—Ven —No lo veía, pero supuso que aquella persona le estaba tendiendo la mano. Y aunque su cabeza daba vueltas y su boca parecía resecarse cada vez más, hizo caso.

Sintiendo la inseguridad de un bebé cuando está por dar sus primeros pasos en la vida, comenzó su andar. Se dio cuenta casi de inmediato de la textura extraña del suelo en sus pies desnudos, como si estuviese derritiéndose un metal a altas temperaturas, pero curiosamente no quemaba.

Eso sí, él temblaba y se tambaleaba, lo que le hacía abrir un poco sus brazos a los costados para no perder el equilibrio. Quizá debía detenerse, pero aquél pensamiento no hacía efecto en su cuerpo pues realmente quería ir hacia esos ojos que seguían sin parpadear.

Aunque después de darse cuenta de eso, también sentía que él no lo estaba haciendo, pues no quería perderse algún movimiento de aquella misteriosa persona.

A cada paso que daba, algo en su interior punzaba.

Pero no dolía.

Era como si pudiera sentir algunas cosas pero a la vez no hacerlo.

—Te acostumbrarás. El proceso es lento. Pero pronto podrás tener lo que querías, Shoto.

"Shoto"

"Shoto"

¿Él?

Se detuvo y miró a sus pies descalzos y repitió como pudo en su mente el sonido de aquél nombre con aquella voz.

Ardiendo intensamente [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora