cincuenta y seis.

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—Vamos, Harry—su jefe le palmeó la espalda.

Lentamente, Harry se acomodó la gorra del restaurante en la cabeza. Se posó atrás del mesón y dejó que Damien, uno de los trabajadores, deje su turno.

—Hola, ¿cómo está? Bienvenido, ¿cuál es su orden? —Harry se preguntó a sí mismo si su voz no pudo haber sido más falsa.

—Papas y hamburguesa, gracias—la señora sonrió y calmó a su hijo quién parecía querer todo en el restaurante de comida rápida.

—Enseguida estará su orden.

Luego de otro día de trabajo, Harry empezó a limpiar el mesón antes de irse a casa. Su jefe pasó por delante y la tiró las llaves del restaurante.

—¡Cierra al salir! —exclamó, perezoso dejando el restaurante.

Harry suspiró y limpió con más fuerza. Él era el único que quedaba en el restaurante. Ya habían puesto el letrero de cerrado y todos lo que pasaban, lo hacían de largo.

Al terminar de limpiar, echó el trapo a la basura en forma de pelota. Entró al baño y se lavó las manos quitándose lo sucio que había quedado en éstas al limpiar la vitrina.

Se sobresaltó cuando se encontró con Giselle fuera del restaurante, todavía viéndose por las puertas de vidrio.

Enseguida, se apresuró a abrir las puertas y dejarla entrar. Él no podía creerlo, ella tenía que estar en Vermont pero ahora, estaba allí con él en un restaurante completamente vacío.

—Hey—saludó Giselle cabizbaja.

—¿Qué haces aquí? —le soltó extrañado.

—Bueno, sé que tal vez estés molesto por eso pero…, quería hablar contigo—dijo ella en un suspiro.

Harry se removió en su mismo puesto, incómodo.

—¿De qué quieres hablar? —tartamudeó.

—De nuestra ruptura.

Él tomó una gran bocanada de aire.

—Claro.

—¿Por qué rompiste conmigo? —pronunció, su voz sonaba confundida y ella realmente lo estaba.

—¿Por qué estás aquí, Giselle? —Harry habló sin responder la pregunta que ella le había hecho.

Giselle retrocedió varios pasos y se pasó las manos a través del cabello, alterada.

—¡Porque te amo! —le gritó.

Harry cerró los ojos con fuerza por unos momentos y los volvió a abrir.

—No puedes hacerme esto—se murmuró más para él mismo.

—¡¿Hacerte qué?! No lo entiendo, te juro que no lo entiendo.

Sabía que en algún momento, Harry explotaría con sus sentimientos acumulados de ver a la chica que ama a las doce de la noche en su trabajo gritándole que lo ama cuando ella vive lejos de él.

—No puedo—trató de que su voz no sonara quebrada.

—¿Cómo qué no puedes? Dime—Giselle rogó acercándose a él.

—Me odiarás—Harry sacudió la cabeza.

—No más de lo que ya lo hago—contestó, una mezcla de tristeza y diversión apareció en su voz.

Harry se tapó el rostro con las manos al ver a Giselle llorando.

Él sabía que terminaría contándole todo, que ella lo odiaría y a pesar de que no fuera para tanto, Harry sentía que desde el momento en el los labios de la otra chica tocaron los suyos aunque sea algunos segundos, él no se merecía a Giselle.

 —Yo…—balbuceó quitando las manos de su cara—. No yo, ella me besó.

Harry observó cómo los ojos de Giselle se abrieron ampliamente—No sé ni siquiera su nombre. Ella estaba borracha, se acercó y me besó. Yo la eché al piso, estaba asustado, lo siento tanto. No me odies. Te sigo amando, bebé.

Giselle tardó unos minutos en asimilar la información y luego, llenar el silencio sepulcral con un lento suspiro.

Se acercó lo poco que quedaba entre Harry y ella, y, lo agarró por las mejillas obligándolo a mirarla a los ojos. Giselle miró los ojos rojos de Harry, rojos por el llanto y los secó con delicadez, escuchando como él sorbía su nariz.

—Lo siento—repitió.

—Está bien, Harry. Ella te besó, tú la echaste al piso. Todo está bien ahora—habló Giselle suavemente.

Su bolso viejo con algunos stickers de bandas estaba envuelto en su cuerpo, bajando por su estómago y quedándose por más arriba de las rodillas. A Harry le gustó como se veía ella.

—Lo lamento tanto—su voz fue haciéndose un chillido.

—Ya deja de disculparte—ordenó Giselle.

Harry asintió en silencio.

—Te amo.

—¿Realmente lo haces? No debiste romper conmigo por esta tontería—le recordó.

—No es una tontería—contradijo él.

—Lo es. Tan sólo debiste decírmelo, yo lo entendería—volvió a calmarlo.

Harry gimió tratando de no llorar de nuevo.

—Te extrañé tanto, te quiero tanto—relamió sus labios.

—Yo igual. No vuelvas a romper conmigo, no lo hagas—pidió alzándose, sus manos aún en las mejillas rasposas de Harry.

—No lo haré—coincidió en aquello dejando que el sabor familiar de los labios de Giselle tocaran su boca.

AHRE, HARRY ES UN BEBÉ. SI HAY ALGÚN ERROR, LO SIENTO PERO ME DA PAJA REVISAR.

LAS AMO Y ESPERO QUE ENTIENDAN A HARRY. O SEA, PASA QUE ALGÚN BORRACHO(A) TE BESE EN UN BAR PERO HARRY RE IDIOTA TIRÓ A LA CHICA AL PISO, TAMPOCO ASÍ xDDD LAS AMO Y ESTE NO ES EL CAPÍTULO FINAL, O SEA, YO YA TENGO LISTO EL CAP FINAL, NO ESCRITO PERO SÍ EN MI MENTE, AHRE.

LAS AMO, ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO ESTE CAPÍTULO Y VOTEN Y COMENTEN.

PD: LOS CAPÍTULOS SEGUIRÁN SIENDO EN MENSAJES LUEGO DE ESTE

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