—Yah, —mencionó Niwa, intentando apaciguar el ambiente cais depresivo que se estaba gestando entre el pelirrojo y yo —Mañana venimos a primera hora, y si no nos deja entrar, pues quemamos la cabaña. —Tae miró algo confuso a Niwa y yo fruncí las cejas.

—¿Tienes que ser tan radical?—se quejó el pelirrojo.

—No creo que incendiar todo a su alrededor sea una buena idea de saludar al bárbaro. —mencioné, entrelazando mi brazo con el de terrón de chocolate y guardando mi mano enguantada en el bolsillo de mi casaca, Niwa hizo lo mismo con Tae con su otro brazo del otro lado, y comenzamos a caminar con tranquilidad y casi extrema lentitud. La luna llena estaba junto a la punta de una montaña alumbrando su blancura, con un racimo de estrellas de telón de fondo a todas las montañas.

Niwa sonrió —Hace mucho que no lo llamas así. —yo sonreí también, viendo como mis botas pisaban la nieve y sonrojándome por alguna razón.

Era verdad, no sabía cómo ni en qué momento exactamente, pero mi relación con Jungkook había mejorado a pasos agigantados. Había pasado de odiarlo profundamente, a quedarme hasta estas horas de la noche solo para saber si estaba bien y asegurarlo con mis propios ojos. Incluso incluirlo en mi círculo de amigos. Y no era como que tenga un círculo de amistad muy gigantesco que digamos, digo, literalmente solo eran dos personas, y una acababa de llegar recientemente.

Pero no era mi culpa tampoco que nuestra relación comenzara tan jodidamente, Jungkook no me lo había dejado fácil cuando lo conocí. Recuerdo todas sus insinuaciones con frescura, sus comentarios molestos simplemente con el fin de avergonzarme, sus constantes críticas a mi poca feminidad, o incluso su mal humor cuando alguien del equipo masculino me hablaba y bromeaba aún más. Era jodidamente molesto, y me la pasaba insultándolo, no entendía cuál era su maldito problema. En algún momento Niwa llegó a convencerme de que estaba interesado en mi, obviamente, eso no significaba que dejara de ser un idiota descerebrado, pero que, en cierta forma, era su manera de llamar mi atención. Descarté la idea de inmediato, yo lo había visto ligar con bastoneras u otras chicas, él era amable, coqueto, e incluso caballeroso.

A mí lo más caballeroso que me había dicho en esos momentos era que mis manos estaban llenas de callos y que mis ojos eran grandes como los de un búho.

Ah si, yo me moría de amor, claro.

Fue por eso que eliminé toda posibilidad, si él sabía comportarse con cualquier chica porque obviamente, tenía experiencias ¿Por qué demonios iba a comportarse de esa forma conmigo? Era un imbécil, y le divertía molestarme porque yo no era precisamente el modelo de patinadora que el mundo esperaba. También porque sabía que su opinión y las de los demás me importaba una puta mierda, y obviamente, porque tenía un carácter explosivo y todo me hacía querer degollarlo con las cuchillas de mis patines.

Aunque, en realidad, mi gran secreto lo tenía muy bien escondido, porque la primera vez que tuve el infortunio de verlo a la cara, no había sido exactamente en el instituto, me había encargado de no abrir la boca cuando pasó lo que pasó en el local de tatuajes « Devil's Line »

Me estremezco de solo recordarlo.

hace dos añoS:

Dejé caer mi espalda en la mesa y me quedó viendo el techo azul, el cual tenía un gigantesco dragón negro dibujando en tribales. El día estaba literalmente decidido a hacerme dormir, la lluvia caía como esponjosos malvaviscos del nublado cielo y la humedad era terriblemente molesta, no hacía ni frío ni calor y llevaba unos pantalones negros holgados y una sudadera roja. No me había sacado la capucha, y los mechones de mi largo cabello sobresalían provocándome cosquillas en las mejillas, quise quitármelos por la humedad pero me dio demasiada pereza mover los brazos, los cuales tenía tendidos a los lados y estaban colgando de la mesa.

『 ɢ ᴀ ɴ ʙ ᴀ ʀ ᴜ  ||  jungkook 』Where stories live. Discover now