—¿Pero?

—Pero no tenerte en lo absoluto... supongo que eso es aún más intolerable, mucho más de lo que creí que sería.

—Yoonie...— Jimin exhaló y se inclinó hacia adelante para volver a sentir los labios de Yoongi sobre los suyos, deseando transmitir a través de éstos el remolino de emociones que sacudía su interior.

El pelinegro sostuvo al menor entre sus brazos, sin profundizar el contacto y disfrutando las sensaciones que Jimin ponía a funcionar con su simple existencia. Ahí, con el sabor salado de las lágrimas del castaño en su boca y su cálido cuerpo apoyado contra el propio, respiró tranquilo, sabiendo que el único universo que importaba, estaba en ellos.

—Te amo— dijo Yoongi tras separarse. Dentro de los ojos de Jimin brillaron constelaciones—. Realmente lo hago, bebé.

—Y-Yo también te amo— afirmó sonrojándose hasta las orejas. Yoongi rió levemente, a segundos de volver a atacar sus labios, borrando con besos cualquier ápice de duda o signo de inquietud que pudiese haber en sus corazones.

▪️▪️▪️

—¡Ah! ¡Casi lo olvidaba!

Yoongi se giró hacia el castaño, su calma viéndose rápidamente evaporada cuando encontró a Jimin con su torso descubierto. Apretando los dientes luchó por no permitir a sus ojos vagar. ¿Acaso su castañito no era en lo absoluto consciente de lo que provocaba en Yoongi? Ah... realmente iba a matarlo.

Convenciéndose de que aquella situación era completamente normal —sólo estaba cambiándose de ropa para dormir, por mil infiernos—, logró contener el irrevocable deseo que comenzaba a consumir su raciocinio, para ser lo suficientemente capaz de establecer una conversación.

—¿Qué ocurre?— dijo intentando sonar casual. Jimin deslizó una camiseta por sus hombros y se sentó en la cama. Yoongi sintió que volvía a respirar.

—Yo... conocí a alguien en la ciudad.

La sangre del pelinegro se heló tan pronto su cerebro procesó la información recibida. "Conocí a alguien". La frase cliché retumbó en sus oídos, el significado oculto tras sus palabras transformando la seguridad de tener a Jimin a su lado, en miedo de perderlo a las manos de un desconocido.

Es decir, sí habían transcurrido dos años enteros desde su partida, era lógico que Jimin hubiera experimentado en la ciudad, conocido personas con las que podía o no congeniar. Yoongi reconocía abiertamente la belleza de Jimin, no había motivos para creer que otros no hicieran lo mismo.

—¿Yoonnie?— lo llamó Jimin al notar que no respondía. Preocupación tierna tiñendo su voz—. ¿Pasó algo?

El pelinegro negó en silencio. —No... Supongo que era obvio que conocerías a alguien.

—¿Te molesta?— murmuró Jimin asustado. Yoongi rió, acomodándose junto a su adorable castañito en la cama y besando su mejilla con cariño desbordante que corría por sus venas.

—No, mi amor. Estabas en todo tu derecho.

—Ah... Me llamaste tu amor...— dijo sin aliento, tocando la parte interna de su muñeca para corroborar su pulso. ¿Estaba vivo? Porque sentía que estaba en el más alto de los cielos—. ¿Por qué eres tan lindo, Yoonie? Te quiero dar tantos besitos... Ay, no. No. No me distraigas— se quejó, obligándose a recuperar la concentración. Esto era serio.

¿Por dónde debía partir? Quizás por cómo había conocido a Park, o por la amistad que habían forjado gracias a la organización, o por la historia de su abuelo. Jimin había regresado al bosque con la intención de que Yoongi tuviera conocimiento de su pasado, mas nunca había tenido las ideas tan desordenadas como lo estaban ahora, ahora que su corazón se sentía satisfecho y contento por el amor que sentía por su Yoonie, y que era finalmente correspondido...

Santos Eruditos, ¡se estaba distrayendo de nuevo!

—¿Por qué no partes por decirme su nombre?— propuso Yoongi. El castaño asintió, concordando con su idea. Era un buen inicio.

—Park.

El pelinegro arqueó una ceja. —¿Es un apellido o un nombre?

Un surco se formó entre las cejas de Jimin. —Yo... no sé. No lo había pensado. Quizás algún día le pregunte.

La risa melodiosa de Yoongi resonó en la habitación y Jimin sintió cómo su corazoncito volvía a hincharse de alegría por enésima vez en la noche. Podía acostumbrarse a ese sonido; quizás más que eso, porque podía afirmar que aquella dulce risa que enviaba placenteros escalofríos por cada rincón de su ser, era su sonido favorito en el mundo.

—¿Y? ¿Dónde se conocieron?

—En un bar...— contestó, recordando la noche en la cual se unió a la organización—. Era un poco difícil ignorar su cabello rojo brillante. Una señora me dijo que parecía un payaso...

—Minnie— La voz de Yoongi fue baja y grave. Jimin pasó saliva. ¿Era su idea o hacía demasiado calor de pronto?—. ¿Te puedo preguntar algo?

—S-Sí.

—Park... Él... ¿Te besó?

En cuanto la pregunta abandonó sus labios, se arrepintió de haberla hecho. No quería oír la respuesta. Era mucho mejor vivir en la ignorancia que imaginar a Jimin con alguien más. Pero la esperanza de que estuviera equivocado, aún removía incomprensiblemente cada pieza en su interior.

El castaño arrugó la nariz.

—No... ¿Por qué habría hecho eso? Los amigos no se besan.

—Dijiste que...— La voz de Yoongi fue apagándose. ¿Dijo qué?—. ¿Solamente son amigos?

—Mm, creo que mejores amigos. Park ha sido muy bueno conmigo ¿sabes? Estoy seguro de que te agrada-

Los labios de Yoongi impidieron que concluyera, callándolo con un beso que no se sentía ni suave ni lento como los anteriores. Ardía. Quemaba. Lo estremecía. Las manos de Jimin se afirmaron en los hombros del pelinegro, en un intento desesperado por sostenerse a él.

—Yoonie— jadeó contra su boca—. No... no me distraigas. N-Necesitamos hablar...

—Tendremos tiempo para hablar después. Déjame besarte... Déjame...— Sus ojos se detuvieron en la boca húmeda de Jimin, su hambre por el castaño despertando y nublando su juicio—. Te necesito, bebé...

¿Me necesita?, pensó aturdido, permitiendo que Yoongi se adueñara de su boca nuevamente, con la misma brusquedad e intensidad inicial. Perdiéndose en las sensaciones que el pelinegro le ofrecía, correspondió el beso con el calor burbujeante que quemaba su cuerpo, dispuesto a entregarse por completo a él. Después de todo... ¿quién era Jimin para negarse a lo que Yoongi necesitaba?


¡vamp, yoonie! •• ym.Where stories live. Discover now