S e i s

1.3K 170 26
                                        

Era tarde en la noche, después del último mensaje no esperé más y salí de camino al parque, todo estaba muy solo por aquí, el ruido de mis pisadas sobre el mojado pavimento por una reciente llovizna hacia eco, suspiré y ajusté mi bufanda, ya casi llegaba.

Una vez llegada al parque, busqué con mi mirada a Jeff, quizás aún no había llegado... Hasta que lo vi, su característica sudadera blanca, me encaminé hacia él, pero me detuve un poco antes al ver que hablaba con alguien, no quería husmear, simplemente esperé un poco alejada.

Después de un corto tiempo, Jeff se despidió de esa persona, se dio la vuelta y se fue, justo en ese momento pude ver su cabello azabache, tan negro como la noche y un gran sobretodo azul perdiéndose entre la oscuridad del parque. Mi amigo se sentó en un banco y fue ahí cuando me acerqué a él y me senté a su lado.

—Hey, Jeff, lamento haberte hecho venir hasta aquí y tan tarde, es sólo que... Me han pasado cosas extrañas desde la primera vez que salimos, ¿recuerdas? Al local de las pizzas. —Me miró atentamente, como si estuviera analizando cada una de mis palabras.—¿No te han pasado a ti también? ¿O sólo estoy muy paranoica?

—¿A qué te refieres con «cosas extrañas»? —Preguntó.

—Cosas como... El sentimiento de que te siguen, ves personas que se supone que no deberías ver...

—¿Personas muertas o...? —Me interrumpió, ¿a qué quería llegar?

—No. Personas vivas. —Alcé una ceja.—¿A qué quieres llegar?

—¿Yo? A nada, Emily. Sólo creo que estás paranoica, ¿has intentado de dejar de pensar en eso y dormir? —Sugirió, jugué con mis manos y negué. —Deberías hacerlo, no hay nada de qué preocuparse. —Sonrió en grande, suspiré con pesadez.

—Supongo que tienes razón... —Murmuré.

—¿Eso era todo? —Asentí con un poco de vergüenza, soltó una risa.—Venga, te acompaño a casa.

No pude negarme, él era muy insistente, mi casa no quedaba tan lejos, sólo a unas cuantas cuadras, el camino fue de un silencio para nada incómodo, las cuadras pasaron volando, y cuando lo noté, ya estaba despidiéndome de él y entrando a mi hogar.

Dejé mi chaqueta en un perchero de la entrada junto a mi bufanda, subí las escaleras y me quedé estática admirando el objeto que reposaba en el alféizar de mi ventana.

Tomé el sobre entre mis manos, tenía un dibujo bellísimo, pero lo que más me daba miedo es que era yo, sentada en mi cama escuchando música, y eso fue hace poco, ¿alguien me estaba vigilando?

El dibujo no venía solo, traía una carta que hasta entonces había pasado desapercibida.

Esa fina caligrafía... La conocía muy bien.

Sentí mi respiración detenerse, el aire faltaba, mi corazón iba a mil por hora, ¿realmente estaba pasando esto?

«Sigues tan hermosa como la primera vez que te vi.

Te busqué sin cansarme, por fin te encontré, pequeña.
—H.»

「New Message.」【2】Where stories live. Discover now