Confía en Jack (capítulo único)

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17 de septiembre de 2013

―¡Eli, te buscan!

Eli dio una bocanada a su cigarrillo. No estaba seguro de cuánto tiempo llevaba ahí arriba, pero supuso que debía ser bastante ya que cuando subió el sol no se estaba ocultando tras la colina.

Empezaron a golpear su puerta.

―¿Qué? ―preguntó exasperado. Odiaba que Anne lo molestara cuando sus palabras habían sido claras.

‹‹Quiero estar solo››, le había dicho a su progenitora en cuanto llegó a casa, sin quedarse a preguntar cómo le fue en el día o siquiera darle un beso en la mejilla.

―Te busca Lucy, cielo ―dijo con tanta dulzura que hizo una mueca.

Lucy, Lucy, Lucy. ¿Ahora qué quería?

―Que pase ―dijo con flojera, subiendo los pies a la mesilla que tenía en su balcón.

La puerta se abrió y Anne sonrió tímidamente, consciente de que estaba molestando a Eli. Tras de ella se encontraba Lucy, una joven de cabello rubio y unos hermosos ojos avellana poblados de pestañas. Era poseedora de un cuerpo con curvas en su lugar y grandes pechos a los que Eli no temía en mirar descaradamente.

―Con permiso, Anne. ―Lucy entró a la habitación y después de que Anne dijera ‹‹Los dejo solos›› la puerta se cerró.

Eli miró a Lucy mientras soltaba un poco de humo. Sus ojos azules carecían de expresión alguna. La miraban como si fuera un objeto más en una estantería y para él eso era. Una chica más a la que se había tirado.

Lucy se acercó temblando al balcón y pareció temblar aún más al entrar en contacto con el frío que empezaba a aparecer con la noche. Tomó asiento frente a él y Eli notó que evitaba a como diera lugar su mirada. Subía los ojos y al toparse con los de él volvía a bajarlos.

Eli no dijo nada. Observaba cómo los voluminosos labios de la chica se abrían para decir algo que al final se tragaba. Tenía las mejillas coloradas que resaltaban demasiado en contraste de su piel de porcelana.

Eli volvió a exhalar un poco de humo. Ésa chica había permanecido virgen hasta hace un mes, cuando la tuvo para sí. Él recordaba a Lucy como la chica que se sentaba al fondo de la clase y se ocultaba detrás de un libro. No era tampoco la más brillante, ni la más popular. Él jamás la había visto hasta que le llegó la dichosa carta.

Querido Eli:

Hola... disculpa, no sé qué decirte en realidad. Esto es probablemente muy estúpido, pero me gustas mucho :S Ya sé que muchas chicas te han dicho esto, pero te hablo muy enserio. Me encanta las veces esporádicas en que sonríes, cómo se mueve tu cabello con el viento cuando estás fumando en el estacionamiento, la seguridad con la que manejas tu moto... Creo que sueno muy acosadora je je je...

Con cariño,

L. N.

A pesar de su firma anónima, Lucy había sido descubierta por Eli, que en ese momento se acercaba a su casillero y vio cómo ella la metía. La detuvo y leyó en voz alta frente a ella, justo para después acercarla a sí y, frente a todos, besarla. Recordaba que el rubor que subió a las mejillas de Lucy era similar al que tenía en ese momento que se encontraba temblando frente a él.

Había visto varias veces ese sonrojo. Cuando le besaba las mejillas, cuando le guiñaba un ojo, cuando Eli trazaba besos desde su cuello hasta su abdomen...

―Eli ―dijo la chica en un sollozo, su voz quebrándose. Parecía que estaba a punto de llorar, pero Eli lo dio de lado. Arqueó las cejas y ella subió la mirada―. T-tengo que decirte algo...

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