―Bajá las piernas y cierralas―Gritaba mi abuela mientras veíamos la tele.
Rodé los ojos he hice lo pedido. Dejando mis piernas estiradas, era como algo prohibido no colocar las piernas encima del sofá.
Abuela siempre se enojada conmigo porque el sofá era de color blanco y, yo lo había convertido en un lindo gris.
No se de que se queja, ya no tiene que gastar dinero tapizando para cambiarle el color.
Continúe viendo la televisión el programa que informaba que su hija estaba peliando por los esperma de su hermano muerto.
¡Vamos chica estoy contigo pelea por tu gente!
Baje la mirada a mis piernas y noté los hematomas* que se encontraban en mis muslos y más abajos de mis rodillas. ¿De dónde habrán salido? De seguro durmiendo, tengo que aprender a dormir. ¿Existirán escuelas para eso?
―¡Auch!―Grite al momento que posé mi dedo índice en el morado más oscuro que cubría mis muslos.
Carmen salto de su mecedora y corrió hacia el mueble en el que estaba sentada. Llevándose todo lo que interrumpía su paso por delante.
―¡¿QUE PASO ANDREA QUE PASO?!―Grito al momento que se lanzaba hacia mi.
―¡ABUELA!―Sentía su cara en mis senos y sus manos recorriendo todo mi cuerpo.
Mi abuela continuo con su búsqueda mientras yo gritaba ―ALEJEN A LA ANCIANA DE MI, ALEJENLA.
―¿Que no te basta en violar a nuestro vecino ya quieres hacerlo con la abuela? Eres asquerosa pitufa eres asquerosa―voltee en el momento en que la anciana quitó sus manos de mi cuerpo y su cara de mis senos, puso los brazos como jarra y me reto.
―Deja de estar revolcándote con ese tal Armando, mira los morados que te ha dejado hija.
Me sonroje con tan sólo escuchar su nombre: Armando Rodríguez era mi vecino o más bien como yo lo llamaba "el amor de mi vida" lo conosco desde que tengo 7 años y desde ese día que sinquerer le tire mi leche a la cara ya que tenía fresalina y me quejaba mentalmente de mi mama por habérmela echado, ¡Odio esa asquerosidad!Su cara de asco fue épica pero a la vez la cara más hermosa que había visto en mi vida.
―¡Serás cerda!―Grito mientras trataba de limpiarse toda la leche que tenía en la cara y la ropa.
Yo simplemente miraba embobada su bella cabellera color castaña y sus ojos grises. Sentí un vuelco y me tape la boca porque iba a expulsar las galleticas de chocolate que me cocino la abuela, corrí hasta casa para no volver a tirar cosas en la cara de mi recién conocido amado.
―Lindos panties de los teletubies―Fue lo último que escuche mientras expulsaba todo en la marquesina de mi hogar.
―¿Estas loca abuela?―Grite volviendo a la actualidad en donde mi abuela me miraba con cara de loca, mi hermano Jose trataba de controlar las carcajadas que querían salir de el, mi abuelo quien se rascaba la entrepierna importándole quien lo viera, como diría el "es mi casa y hago lo que quiera en ella" y la televisión donde la hermana estaba feliz por haber conseguido los esperma de su hermano.
―No estoy loca, mírate las piernas―Ataco Carmen―¿Que diablos es lo que estas haciendo?―Señalo mis piernas. Baje la mirada y vi detenidamente los pelos que salían de esta, tengo que tomar de valor y depilarme.
Al igual que lo intente con José y salimos lastimados los dos. El muy idiota lamió la cera porque parecía caramelo, no se si golpearlo a el o a mis padres por tener genes incapacitados para usar el cerebro. Yo quede con un lado de mi pierna llena de sangre, y no era mía.
―Es en la noche que me golpeo de seguro―Alce mis cejas―no es nada.
―Eso es mentira abuela―Grito el adoptado de José―ella se revuelca como una cerda con Armando―Me señalo y vi el brillo malvado en sus ojos azules―Tendré que llamarlo y decirle que no te de tan duro.
Todo se volvió rojo en ese instante en el que sacó su celular y yo simplemente me tire encima de el tratando de hacer que no haga la llamada. Le zarandee los hombros para que recapacitara y me diera su teléfono, cuando al fin lo tuve en mis manos y hacia un mini bailé escuche que algo hacia contacto con el suelo y se volvía añicos, luego vi la cara de José y sus ojos saliendose de sus cuencas, mi abuela con cara de rabia pero que al contrario de dar miedo daba mucha risa porque parecía que estaba estreñida y yo soportando un día más de ¡Simplemente mi vida!
*Hematomas: Son los morados que se te marcan en la piel por haber recibido un golpe.
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Nota de la autora:
Hola hola, es mi primera novela, voten y comenten para ver si les a gustado y si quieren que siga.
Un beso gracias por leerme. Chao.
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¡Simplemente mi vida! [Editando]
RandomLa simple historia de mi vida. Mi nombre es Andrea Roa y con mis 18 años de edad sigo siendo la marginada niña que era cuando tenía 9. Compartiré con ustedes lo hermoso y fascinante que es ser una nena ya con tetas crecidas.
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