Capítulo 10

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~Lena~

Sus labios envolvieron los míos  de una manera dulce y tierna que me derritió, pero pronto esa sensación se volvió apasionada y adictiva. Sin pensarlo, me encontré rodeando su cuello con ambos brazos y él sujetándome por la cintura con un brazo. Sentí como ocurría una explosión de mariposas en mi estómago y me sentí  como si flotara. En  mi vida me habían besado de esa forma. Todos habían sido besos fríos o poco intensos. Pero… de pronto su lengua se abrió paso dentro de mi boca, en lugar de rechazarla respondí introduciendo la mía en su boca, eso ya no era simplemente pasión era deseo, un deseo que nos consumía a ambos por igual o tal vez a mi más. Su mano me apretaba más y más a su cuerpo despertando mis asías por sentirlo. Su pecho subía y bajaba tratando de encontrar oxígeno, el mismo que también se me agotaba. Me separo de él, pegando su frente a la mía sin dejar de abrazarme. Ambos jadeábamos, era una locura, pero se sentía tan bien, demasiado bien.

―Lena ―susurro,  moviendo su boca a mí oído ―Lena ―pronuncio de nuevo. Sentí su aliento caliente en mi oído. Lo que me estremeció, mis piernas habían perdido la fuerza, tal vez si él no me sostuviera habría caído al piso.

―Hwa… esto…

― ¡Shh!… no digas nada. Ahora eres mía, solo mía Lena.

―Esto está mal.

―Muchas cosas están mal…

―Hwa hablo enserio.

―Yo también. Algunos las relaciones entre los países están mal, edificios están mal, los caminos están mal… y no por eso dejan de existir.

―Pero…

―Dime que no sientes lo mismo que yo ―me rodeo con ambos brazos y me pego más a él― niégame lo que tu boca y tu cuerpo me dicen ―las emociones se desbordaban en mí. No podía negarlo, seria mentirme a mí misma.

―No… puedo ―levanto mi rostro y volvía a besarme tiernamente.

―Lena, me gustas. Me gustas demasiado ―Escucharlo lleno mi corazón de amor, un amor que resultaba una contradicción por lo que ambos representábamos, herederos de nuestras respectivas familias y rivales.

~YongHwa~

Ver como se resistía e intentaba alejarse, provocaba un efecto inverso en mí, quería sujetarla y pegarla a mí cuerpo. Quería poder romper las reglas y distancias que nos separaban.

―Suéltame ―dijo forcejeando con mis manos. Desde luego que no tenía intenciones de dejarla irse y menos de soltarla, no ahora que la tenía tan cerca de mí.

―No ―respondí. La tome del rostro y la bese, pero esta vez el beso no fue un simple roce de labios. Fue más que eso, mezcle mis labios con los suyos y me sorprendió que pronto estaban acompasados con sus labios. Ella respondía a mi contacto con la misma necesidad que yo sentía. De manera que aumente la intensidad del beso esperando que ella se dejara llevar. Sus manos rodearon mi cuello, señal de que consentía mi contacto, por lo que la sujete de la cintura acercándola todavía más a mí. El deseo que sentía por ella crecía, incluso yo mismo estaba sorprendido por las sensaciones que alguien tan pura como ella lograba despertarme. Me arriesgue a ir más lejos introduciendo mi lengua dentro de su boca, sin reparos ella me imito llevando la suya a mi boca. Imaginaba que alguien como ella no tenía experiencia pero parecía aprender rápido, pronto me devolvió las mismas maniobras que realizaba yo. Podía sentir el deseo dentro de ella, lo que me excitaba aún más. La apreté más a mí cuerpo, no quería detenerme, pero no era el lugar más apropiado y si no paraba quizás ya no podría hacerlo. Me aleje de ella y sintiéndome aun abrumado por las emociones del momento, coloque mi frente sobre la de ella.

El perfecto prometidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora