La canción termina y Rebeca y yo bajamos del escenario. Las dos estamos igual de asombradas por lo que acaba de suceder.
Al mirarnos instantáneamente nos damos un abrazo, sonriendo como unas tontas.
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01:30
El concierto ya ha terminado, por desgracia, como era en el orfanato tenía que acabar pronto por los niños y eso... Tonterías...
Estamos todos sentados en un parque que hay en el orfanato, incluidos los gemelos y María, claramente, nos llevamos muy bien con ella, es muy como nosotras.
-¿Vamos a dar una vuelta?–pregunta Jesús.
-¿A dónde vamos a ir a las dos de la madrugada melón?–dijo Rebeca, y todos reímos.
-Venga vamos–dijo María con mucha energía, mientras se levanta.
Todos se levantan y yo levanto la mano esperando a que alguien me ayude a levantar, yo tan vaga como siempre.
Todos me ignoran y se ponen a andar.
Al ver que no piensan ayudarme me levanto de un salto y corro hasta subirme a caballito de Jesús, esperando que me coja.
Inmediatamente lo hace, para que no nos caigamos los dos.
-Vamos hia hia (o como se escriba) –digo dándole palmaditas en la espalda a Jesús.
-eyy ¡yo también quiero caballo! –dice Rebeca con voz de niña pequeña e al instante se sube a la espalda de Dani este sonríe y los dos gemelos echan a correr con nosotras encima.
-Tonto el último– dice Dani, como un niño pequeño.
-No digas eso, que entonces tu quedas último–dice Rebeca riéndose.
Yo también río y Dani se hace el ofendido.
Corremos y corremos hasta llegar a un lugar cubierto por césped y con bancos blancos, que, que yo sepa, nunca había visto.
Cuando Jesús y yo estamos a punto de llegar a la meta y ganar la carrera, Dani pone la zancadilla a Jesús y yo salgo volando por encima de Jesús y este se cae al suelo.
Acabamos los dos en el suelo muriendo de risa. Ambos giramos la cabeza, y nos damos cuenta que nuestros rostros están tan solo a unos centímetros.
Puedo sentir su respiración chocar contra la mia, mariposas vuelven a resurgir en mi interior, nos miramos fijamente a los ojos, y poco a poco se acerca a mi.
-¡Os hemos ganado!–se oye decir a Rebeca mientras viene corriendo.
Nos separamos bruscamente. Joder, más mala suerte no se puede tener eh.
-Habéis hecho trampas–dice Jesús.
-Mentira todo mentira–dice Dani riendo.
-Uy, ¿y los demás?–digo yo mirando a mi alrededor. No les veo por ninguna parte.
-que fallo nos hemos perdido–dice Rebeca.
-Bueno, ya vendrán–dice Dani pasando, como siempre.
Recuerdo que tengo que hablar con Jesús para explicarle lo pasado unas horas antes. - Jesús... ¿podemos hablar?–digo yo mirando al suelo.
-Claro.
-A solas.
-ah, si vamos.
-Jo yo no me quiero quedar con esta fea–dice Dani señalando a Rebeca.
-Te aguantas–digo yo cogiendo de la mano a Jesús.
-Para feo ya estas tu–dice Rebeca dando la espalda a Dani, cuando pilla lo que le acaba de decir.
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Este es el capítulo once que no se porqué no se subió.