Muñeca del Destino [COMPLETA]

CAPITULO 14

Hoy a la noche tenemos la tan ansiada fiesta de fin de año de Zret Company. Estamos autorizados a retirarnos una hora antes de la oficina para aprontarnos, y al día siguiente podemos venir después del mediodía. Eso habla bien de la fiesta, nos dan un poco más de libertad para disfrutar la noche.

Chloe y Sam vienen a casa. Nos vamos a cambiar, peinar y maquillar juntas. Agradezco que hayan aceptado mi invitación, ya que voy a necesitar ayuda con mi cabello. No quiero ir con el mismo peinado de siempre, quiero que me vean diferente, más osada y sensual. 

Me compré un vestido negro corto que me llega unos cinco dedos más abajo que mis glúteos. Chloe me acompañó y me convenció para comprarlo. Debo admitir que es bastante sexy. De frente es sencillo, con dos breteles finos la tela cae sobre mi piel como si fuera un guante. Mis curvas se marcan de una forma tentadora y elegante. Lo llamativo es cuando me pongo de espalda, o cuando alguien me ve de atrás. Sé que me veo para el infarto. Mi espalda queda prácticamente al descubierto, desnuda ante los ojos de quien se digne a mirarme. Unas sandalias de taco alto completan mi atuendo estilizando mis piernas, de por sí delgadas, y haciendo que mi trasero se vea más respingado.

Alucino con la mirada de Jeremías recorriendo el trayecto que inicia en mi cuello, baja por la hendidura de mi columna vertebral, y se asienta sobre la curvatura de la zona lumbar justo por encima de mis glúteos redondos y apretados por la tela del vestido. Dejo escapar un suspiro cuando una ola de calor invade mi cuerpo con sólo imaginar esos ojos penetrantes sobre mi piel expuesta.

-¿Qué opinas Emma? – pregunta Chloe girando sobre su propio eje.

-¿Qué? – la miro atontada saliendo de mi ensoñación.

-Estás en cualquier lugar Em, ¿en qué piensas?

-En nada... - me encojo de hombros observando su minúsculo vestido de un rojo apasionante - ¡Estás hermosa Chloe! Ese vestido te queda pintado.

-¿Tú crees? – Me mira un poco avergonzada - ¿No será demasiado provocador? – estira la tela sobre sus muslos en un intento de cubrir un poco más de piel.

-¡Claro que no! – Interviene Sam – Es una fiesta, y estamos vestidas para la ocasión. ¿O pretenden ir vestidas con la misma ropa que usan todos los días? – Enarca una ceja – Esta es nuestra noche para ser las diosas que somos.

Sam lleva un vestido bien pegado al cuerpo, de un dorado brilloso que, en combinación con su cabello largo y rubio, la hace ver como una femme fatale. Sus pechos exuberantes parecen querer escapar de ese escote prominente que no deja mucho a la imaginación. Se ve increíblemente sexy.

-Me imagino que están llevando un traje de baño ¿no?

-Oh no, no... - niego con la cabeza – Bajo ningún concepto me mostraría casi desnuda frente a mis compañeros de trabajo.

-Opino lo mismo – se escuda Chloe.

-¡Son aburridas chicas! Algún día deberían desconectar sus cuerpos de sus mentes controladoras y disfrutar de una buena fiesta, y de unos buenos chicos. Deberían aprender de mí...

Samantha se gira hacia la pared, sube el volumen de la música y comienza a moverse sensualmente. Una de sus manos comienza a bajar el cierre que atraviesa la tela de su espalda. La miro a Chloe, quien me devuelve una mirada como diciendo que esa chica está completamente loca. En menos de un segundo el vestido de Sam cae a sus pies... y estallamos en carcajadas.

-¿De qué se ríen? – nos cuestiona entrecerrando los ojos. -¿No es sexy?

Un diminuto bikini verde fluorescente decora su estrafalario cuerpo.