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NINE • CLOSEGATE
ENCERRARON A WILL en el cobertizo, que había sido decorado lo suficiente como para que no reconociera dónde se hallaba. Mike, Joyce , Jonathan y Hopper eran los únicos que tenían confianza para poder interrogarlo. En cambio, los demás se quedaron en la casa: Dustin espiando por la ventana junto a Nancy, Steve practicando con su bate, Max y Lucas en el pasillo conversando preocupados y Betty se encontraba sentada en el suelo en forma de indio, con los ojos cerrados mientras que de su nariz caían gotas de sangre. —El desuellamentes está alterando a Will.
Todos se giraron a mirarla entre confundidos y asombrados, pero al ver la sangre de su nariz entendieron que estaba haciendo. Estaba espiando a Will. —¿Qué es lo que ves? —Preguntó Lucas.
—A Will. —Su ceño se frunció. –Hace mucho calor, necesita frío. —La pelinegra comenzó a sudar, gotas caían de su frente. —Will solo grita, grita por ayuda. —Las miradas de los demás se alargaron de la tristeza y preocupación. —Esperen. Él está hablando, pero no puedo oírlo. Creo que-
Pero el estruendo de la puerta del patio abriéndose los asustó a todos, incluyendo a Betty que salió de la mente del niño. Era Hopper y de atrás venían los demás. —Código Morse, está tratando de hacernos saber que está aquí. —Anotó unos puntos y líneas, para después traducirlo. —"Aquí", Will sigue-
—Sigue allí. —Lo cortó la pelinegra. —Lo sé, entré en su mente. —Se limpio el rastro de sangre que había en su rostro. —Los recuerdos lo ayudan a comunicarse, lo vi tratando de hablar con ustedes, pero no podía...El desuellamentes le quito control de todo. —Miró un punto fijo de la ventana. —Está demasiado asustado.
—Pues no más. —Jonathan habló para después irse corriendo a su habitación y volver con un reproductor de cassette. —¡Vamos!
Y se pusieron a la acción: Jonathan, Mike y Joyce ayudaban a Will con sus recuerdos, Hopper a través de su radio les decía a los demás el código, mientras los que estaban en la casa traducían. Excepto Betty, ella solo vigilaba a Will, esperando que el desuellamentes no sospechara nada.
La pelinegra escuchó como los demás habían descubierto lo que Will trataba de decir, pero no salió de su mente. —Oh dios. —Oyó decir Nancy al ver como el teléfono resonaba en toda la casa, pero lo rompió para que pare. —¿Sabrá que estamos aquí?
—Si. —Aclaró Betty, asustando a todos. —Él me está mirando, se dio cuenta que estoy ahí.
