cinquième

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El Ecuatoriano sorprendido, se agachó levemente a tomar aquella nota que había caido del suelo previamente, claramente no era la letra de Venezuela.

Comenzó a sospechar, que no era el único que quería conquistar al Venezolano.

El menor se quedó con curiosidad, por minutos viendo la nota, el atardecer comenzaba a desvanecerse, y el anocher a comenzar a aparecer, de repente, recordo unas palabras... esa frase que había dicho una de sus compañeras de clase, esa conversación que habían tenido las chicas ayer.

─ Escuché que a Venezuela le mandan notas, te quieren robar a tu amorcito.─Decía una voz femenina en un tono burlón.

─ ¡Pff! ¡Patético!, te recuerdo que Venezuela y yo somos a lo menos los más populares, y a ¿Venezuela gustarle los chicos? ¡Qué asco!, él merece estar con una chica con dotes y modales.─Esa voz femenina se alejo de la otra para hacer sonar la puerta con brusquedad.

[ . . . ]

Al parecer... a Paraguay también le gusta Venezuela.

Ecuador claramente no se daría por vencido, él quería estar con Venezuela por la razón que lo amaba, tal y como es, no nos engañemos, también por el físico de Venezuela ya que este es muy lindo, pero el tricolor se había enamorado de su hermano, lo habia enamorado, sin él habérselo pedido.

No como esa chica voluptuosa, y la reina del colegio, que solo lo quería por la popularidad de su hermano y por el físico.


ㄥσνє ℓєттєяѕ ||「νєηє¢υα 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora