Nada mal..

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Las puertas del ascensor se abrieron justo en el piso donde se encontraba la habitación de Barton, ambos habían decidido que ese sería el lugar donde desatarían la pasión que llevaban dentro. La pelirroja no espero más y salió antes de que él pudiera hacerlo, contoneando sus caderas sensualmente a medida que avanzaba por el pasillo, tratando de llamar la atención de su novio, aunque francamente no era necesario ya que la atención de él ya la tenía.

Aquel sensual movimiento hizo su efecto, provocando en Clint más de una sensación en su interior comenzando por una especie de calor que recorría todo su cuerpo. El arquero no podía quitarle los ojos de encima o más bien no podía dejar de mirar aquel perfecto trasero que ella poseía. Natasha podía sentir esa mirada penetrante sobre ella y no pudo evitar sonreír victoriosa por lo que había logrado. La joven rusa, era una chica bastante lista, sabía muy bien cómo sacarle provecho a sus atributos y cómo hacer enloquecer a su ahora novio.

Sin más interrupciones Barton salió de aquel elevador antes de que las puertas se cerraran de nuevo, no tardó mucho en lograr alcanzarla. Él la abrazó por detrás, deteniendo el paso de la espía, rodeando la cintura ajena con sus fuertes brazos, atrayendo a la pelirroja. Ahora que estaba tan cerca de ella podía deleitarse con aquel embriagador aroma de la pelirroja, ese aroma que reconocería en donde fuera. Él cual lo volvía loco.

Ese vestido, se te ve demasiado bien.. Me pregunto cómo luciría en el suelo de mi habitación..—le susurró con una voz grave y seductora al oído antes de morder juguetonamente el lóbulo inferior de su oreja—

Ella mordió instintivamente su labio inferior, reprimiendo un leve jadeo. Ese tono de voz y esa suave mordida la habían excitado más de lo que ya estaba, provocando que la temperatura de su cuerpo aumentara considerablemente.

Por un segundo ambos olvidaron en donde estaban, hasta que Natasha se zafo de aquel agarre hábilmente dándose media vuelta quedando justo enfrente de él. Ahora Clint la miraba a los ojos, y ahí pudo notarlo, esos orbes verdes azulados ahora tenían un color más oscuro producto del deseo que ahora lo invadía. Ella no dudo en corresponder aquella mirada cargada de deseo y lujuria poniéndose de puntillas para poder estar a su altura.

Vamos a la habitación, AHORA...—ordenó la pelirroja sensualmente remarcando la palabra "ahora" muy cerca de los labios ajenos. Estaba ansiosa, él podía percibirlo y eso le gustaba—

Clint la miraba con una sonrisa lasciva en su rostro, Natasha era su debilidad, de eso no había duda. Deseaba a esa mujer más que cualquier otra persona en el mundo. Solo la quería a ella, a esa chica pelirroja de ojos color esmeralda que le había robado el corazón desde el primer momento en que la vio.

Sin previo aviso, tomó a la pelirroja en brazos y la cargó como a una princesa, provocando que Natasha pusiera los ojos en blanco divertida por aquella acción. Ella realmente estaba sorprendida, no entendía cómo es que este hombre podía ser tierno y sensual a la vez. De nuevo se enfrentaba al efecto Barton y de nueva cuenta caía ante el.

Él la llevó en brazos por todo el pasillo mientras Nat fingía quejarse diciendo que la bajara, cuando la realidad era que estaba encantada, pero ella no se lo diría así de fácil o Clint podría usarlo en su contra en el futuro. El arquero detuvo su paso cuando vio a un señor salir de uno de los cuartos que estaban antes que el suyo. El señor, era un simple civil, un hombre de edad avanzada, no era un invitado al evento, así que ninguno de los dos se alarmó con su presencia pero obviamente ambos tenían que calmar un poco el fuego y los coqueteos delante de aquel hombre. El señor los miro y les sonrió.

¿Recién casados? —preguntó el señor a la joven pareja. Ellos le hicieron recordar su juventud y a sus primeros años de casado con su amada esposa.

What Happens In Budapest, Stays in BudapestWhere stories live. Discover now