Capítulo 30: Niels

1.8K 169 11
                                    

La pequeña Rhiannon corrió a abrazar a su madre. -¡Mamá, mamá...te he echado tanto de menos! - Corrían las lágrimas por las mejillas de la niña.
- Y yo cariño mío. ¡He pasado tanto miedo, tanta angustia. Temía que no pudiera volver a verte más! - Madre e "hija" estaban fundidas en un abrazo, fluyendo libremente las lágrimas de emoción y alegría. Después de tantas incertidumbres y peligros al fin estaban juntas otra vez.
- ¡Qué niño tan precioso!- Ahora se fijó Rhiannon en el bebé recién nacido.
- Sí, es precioso. Solo espero que no se parezca nada a su padre. No pienso hablarle de él. Crecerá pensando que Aidan es su padre. - Le contó Arianne a la niña.
-¿Puedo entrar ya? - Preguntó ahora Aidan, pasado varios minutos, pues la impaciencia le corroía.
- Si claro, por supuesto. - Le dió permiso la recién madre.
- Acercaros los dos. ¡He esperado tanto este momento, he soñado tanto con este día en que pudiéramos estar juntos todos otra vez! No quiero perderos a ninguno de los dos, nunca más.- Dijo Arianne, mientras abrazaba a Aidan y Rhiannon, tras dejar al bebé en una pequeña cuna de madera, que había sido fabricada para la ocasión.
- Mamá, quiero contarte algo. - Dijo la niña, temiendo empañar ese idílico momento.- No podré estar mucho tiempo aquí, he de regresar a completar mi entrenamiento. Los dragones me han dejado venir a verte y para que pudiera conocer al bebé recién nacido. Pero tendré que regresar y permanecer muchos meses más fuera de aquí. Pero te prometo que tan pronto termine mi adiestramiento con los dragones volveré para estar contigo otra vez.
Aidan contemplaba mientras la escena, asombrado como en unos pocos meses la pequeña Rhiannon había madurado mentalmente, desde la última vez que la vio solo unos pocos meses atrás. Se notaba la influencia de los dragones, y era evidente como la jovencita estaba abandonando su etapa de infancia, a pesar de tener 12 años aún y estaba madurando mucho más deprisa que cualquier niña de su edad. La verdad es que eso era necesario pues la responsabilidad que recaería sobre sus hombros como la futura Reina de Ehazur, era muy superior a de sus contemporáneos.
---------

- Ehazur ya no es lo que era con el rey Draco. - Dijo Ainar a Haakon su compañero.
- Tienes razón, parece que Gare, está más preocupado en organizar grandes fiestas suntuosas así como en encontrar a las mujeres más bellas, que en fortalecer su reino. - Respondió su amigo.
- Desde que se escapó Arianne su esposa con su futuro hijo, y no pudo dar con ella, parece que ha perdido interés en sus deberes de Rey, y solo busca satisfacer sus instintos en fiestas y borracheras. - Añadió Ainar
- Al mismo tiempo, cada vez se vuelve más cruel y desconfiado, ya ha hecho eliminar a varios de sus consejeros y aliados, temiendo una traición. - Dijo Haakon mostrando su preocupación.
- Si no fuera por los Capitanes leales a los ideales que tenía el Rey Draco, en poco tiempo nuestros enemigos se harían demasiado fuertes y Ehazur sería derrotada. - Le contestó Ainar.
- Sí, y además hemos de tener mucho cuidado con lo que decimos y hacemos. Gare, últimamente ha estado organizando una red de espías por todo Ehazur, para descubrir quienes están descontentos con su manera de actuar. Considera cualquier desacuerdo u opinión contraria como una amenaza a su Reinado, que puede hacer castigar con la muerte. Me gustaría marchame de aquí y unirme a los ejércitos que están conquistando territorios lejanos, antes que observar la decadencia de Ehazur.- Dijo en respuesta Haakon.
---------

- ¿ Que haces Niels ? - ¡Deja el arco y las flechas y ven a cenar de una vez! - Dijo su madre, algo irritada por el tiempo que el pequeño pasaba afuera entrenando con sus útiles de guerra.
- Quiero convertirme en un gran guerrero y luchar contra nuestros enemigos y sus malditos dragones negros. - Contestó él joven de catorce años en respuesta.
- ¡Niels! Ven ya de una vez, o te quitaré el arco y las flechas. Un guerrero he de estar bien alimentado. - Dijo gritando ella.
- Lo estoy, ¡Soy fuerte, veloz y ágil. - Contestó haciendo un pequeño baile y una voltereta en la hierba.
- ¡Deja ya de presumir y ven de una vez! - Le regañó su madre al tiempo que se le escapaba una risa.
- Está bien, está bien...ya voy. - Dijo tras soltar un bufido de resignación.

Dragones Blancos (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora