Capítulo 29

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—¿Cómo es eso de que mañana irás a México con Gaby? —Pregunté desde el marco de su puerta.
—Así es, ella necesita salir de lo habitual, ¿No crees? —Sonrió— serán dos meses.
—Claro y a mi no me invitan, ¿Verdad? —Sonreí.
—Es algo..
—Lo sé —Interrumpí— Ustedes son.. son.. syuhjgfugidjf.
—¿Qué? —Rió.
—No.. novios.. es extraño para mí decirlo. —Reí.
—Ven aquí hermana. —Sonrió abriendo sus brazos, corrí a el y me tiré sobre Brandon.
—Te amo bobo. —Sonreí sobre el, habíamos caído a la cama gracias al fuerte impacto.
—Y yo estúpida. —Reímos— Ahora fuera, necesito continuar empacando.
—Lo siento —Me levanté— ¿Sabes?, te eh tomado mucho cariño en estos meses.
—¿Y crees que yo no? —Reí— ¿Cómo van las cosas con George? —Mi rostro comenzó a obtener un color carmín.
—B..Bien.. —Reí nerviosa.
—Siempre supe que terminarían así.
—¡Hey! ¡Lo malinterpretas!, el aún no es mi novio.
—¿Aún no?. —Preguntó confundido.
—No, aborto de elefante. —Reí— Saldré, vuelvo en la noche.
—¿Otra vez?.
—Sí, ahm.. debo.. —Suspiré— Soy voluntaria por las tardes en un hospital..
—¿Qué?.
—Me gusta cuidar de niños —Sonreí— son un encanto, además.. intento hacer lo posible para que disfruten la vida.. —Sonrió— bien, adiós Brandon.
—Nos vemos _____. 

Me retiré de su habitación y cerré la puerta, me dirigí a mi habitación para luego, abrir el armario.

—Creo que aquí se encuentran.. —Susurré mientras buscaba aquel álbum familiar— Perfecto.

Allí lo tenía, en mis manos. Con cuidado lo abrí y me encontré con millones de fotos de hace más de diez años, una de esas tenía un manuscrito.. la letra de papá.

“13 / Junio / 2000

Se que cuando leas esto no estaré con ustedes, con lo único que eh amado en mi vida completa. _______, necesito que me perdones, lo que está ocurriendo en tu infancia tal vez, es muy doloroso para tí, falleceré en pocos días gracias a esta estúpida enfermedad y tu madre no está muy atenta a las historias que le relatas cuando llegas de la primaria, pero sabes que jamás dejará de amarte. En un futuro o más bien, ahora que es cuando lees éste manuscrito, estarán muy felices juntas y seguirán siendo las mismas chicas alegres que conozco, tu madre con ese aire de joven y tú, con tu constantes sonrisas que provocan felicidad. 

No me odies por no estar allí, viendote crecer y conociendo a los millones de novios que tendrás, muchos que te romperán el corazón pero solo uno será el indicado. 
Siempre te querré y para que me recuerdes, dejo esta foto de tu madre, tú y yo, mientras dabas tus primeros pasos.

Nunca me olvides, tu padre que te ama y te amará por siempre, Carter”.

—Mientes papá, mamá jamás me querrá como lo hizo alguna vez.. ella ahora me odia y me odiará por el resto de la humanidad. —Susurré con lágrimas en los ojos.

Guardé todo en su lugar y tomé mis llaves, para dirigirme al hospital.

—Hasta luego, Ángela —Sonreí.
—Bye —Saludó con su mano.
Salí de la habitación donde los niños ya dormían y cerré la puerta. 

Caminaba por el pasillo cuando me topé con esa puerta. Aquella puerta de hospital donde se encontraba Charlotte White. Diablos, la había olvidado, su historia había quedado inconclusa..
Me acerqué a ésta insegura y toqué nerviosa.
—Adelante —Habló la persona dentro.
—¿Charlotte?.. —Entré con timidez.
—¡Oh, _____!, ¡Que bien que vuelvas! —Sonrió con ternura.
—Lo lamento, George...
—¿George? —Cuestionó confundida.
—La persona más dulce de este planeta. —Sonreí mientras mis mejillas tomaban color.
—¡Tu novio! —Exclamó con una risita.
—No, aún no. —Reí— Venía por el final de su historia..
—Oh claro —Sonrió— ¿Dónde quedamos?.
—“Bajo un árbol de flores de cerezo, él le confesó algo que cambiaría su vida para siempre”.
—Tienes razón, dijo que..
Y mi celular comenzó a vibrar dentro de mi bolso, ¡Maldición! ¿Por qué siempre en la parte interesante de la historia, algo lo interrumpe?.
—Lo siento Charlotte, tengo una llamada. —La anciana asintió con la cabeza y me dediqué a retirarme de su habitación— ¿Hola? —Contesté con fastidio.
—¡____! ¡Ven rápido, los chicos! —Gritó Jay con preocupación.
—¿Qué.. qué ocurrió? —Cuestioné con el ceño fruncido.
—¡Solo ven al pub lo más rápido que puedas, por favor! —Exclamó y se oyeron disparos. 
—¡Lo siento, Charlotte! ¡Mañana hablamos, adiós! —Me despedí.
—Hasta mañana —Respondió con una sonrisa.

Jay cortó la llamada en el momento en que se oyeron disparos. ¡Diablos! ¡Les eh dicho que no fueran a aquel horrible lugar! ¡Maldición!.

Hice frenar un taxi para que me llevase a mi destino, pero respondió de mala manera, por lo cual, por orgullo, me digne a correr y para empeorar la situación, llovía. ¡Maldita sea!

—¿_____? —Oí a un lado mientras corría.
—Ahora no, debo llegar rápido. —Dije con lágrimas en los ojos, la preocupación de que les habría ocurrido a los chicos me asesinaba por dentro.
—Te llevaré. —Musitó y reconocí esa voz, no le había visto en días.
—¿Alito? —Paré en seco— ¿Pero qué..?
—No es tiempo de preguntas, luego hazlas, ahora, ¡Sube! —Ordenó.
Asentí con la cabeza y sin temor alguno, subí a su motocicleta. Alito me hizo entrega de un casco protector y me aferré a él cuando comenzó a rechinar las ruedas.
—¿Dónde es?
—Es el pub más cercano al anfiteatro. 
—Allá vamos. 

Alito iba a una velocidad increíble, a todo lo que daba. El temor volvió a mi persona y enterré mis uñas libres de manicure en su torso.
—Romperás mi pecho. —Dijo con una risita.
—Jamás me han agradado las motocicletas. —Confesé— Además, ahora estoy preocupada por George y los chicos, se oyeron disparos desde la otra línea.
—Tomaremos un atajo. 
Con una movida rápida, se adentró en un callejón obscuro y automáticamente cerré mis ojos, los feos recuerdos volvían a mi mente en estos minutos.

Flashback.

El viento golpeaba mi rostro de una manera suave, comencé a despejar mi mente y sin notar hacia donde iba me adentré en un callejón obscuro.

—Vaya, vaya.. —Susurró alguien— ¿Qué tenemos aquí? —Un chico alto y vulgar salió de una sombra que ocultaba su rostro.
—¿Qué quieres? —Dije neutra para que no se notara el miedo que recorría mi ser.
—Estas buena.. —Dijo acercándose más, mordió su labio inferior con deseo y recorrió con su lengua todo su labio.
—Si que estás buena.. —Oí otra voz detrás mío.

Fin Flashback.

No ____, no. Olvida eso, ya todo quedó en el pasado, George  te rescató de aquella vez y de muchas más. Ahora es tu turno de ayudarle a él.
—Descuida, estaremos allí en menos de treinta segundos.
—S..Sí. —Tartamudeé.
—¿Ocurre algo?.
—¿Continuamos en el callejón obscuro? —Cuestioné con temor.
—No, ya lo hemos dejado atrás.
—Genial —Suspiré.

Alito estacionó la motocicleta y visualizamos a una gran cantidad de personas retirándose del pub, incluso al gorila de la entrada. 
—Rápido. —Dije con preocupación, no veía salir a Jay, Choco, Snuppy o George, ninguno de los cuatro.
—Malditos malnacidos.. —Susurró entre dientes un horrible hombres de cabellos obscuros, a su lado iban dos hombre más con grandes músculos en sus extremidades, ayudándolo a mantenerse en pie— Pagarán por esta mierda..
—Toma mi mano _____. —Ordenó Alito— Entraremos rápido, ¿Vale?, ahora tranquilízate, todo está bien..
—¡¿Cómo diablos quieres que esté tranquila!? ¡No los veo salir por ningún lado, Bieber! —Grité.
—¡Entremos maldición, antes de que este alboroto sea más grande!.

Tomé su mano y comenzamos a correr entre la multitud. Motociclistas, drogados, alcohólicos, putas, había de toda clase de personas. Fue difícil entrar, pero finalmente lo hicimos.
Entre todos esos desconocidos no logré reconocer a mis amigos y nerviosa, comí mis uñas.
—Arriba. —Avisó Alito.
Visualizamos una escalera en caracol que dirigía a la segunda planta y con gran velocidad la subimos. Alito empujó una de las puertas rotas y los encontramos, allí estaban los cuatro, sobre el suelo con el atuendo rasgado.
—¡¿Qué diablos sucede con ustedes?! —Grité enfadada— ¡George, prometiste no venir a este horrible lugar! —Voltearon a observarme y su expresión facial cambió a una de sorpresa.
—¿Qué.. qué haces aquí?.. —Tartamudeó Snuppy.
—Jay, marcó a mi número. —Todos voltearon a verle.
—Entré en pánico, lo siento —Extendió sus manos hacia arriba— pero después de todo, fué muy divertido. —Rió y los demás le acompañaron en esto.
—¡¿Por qué mierda ríen?! ¡Observen sus atuendos, rasgados y con.. sangre!, dios.. —Apreté aún más la mano de Alito, quien aún permanecía en silencio— George, ya no sé si confiar más en ti. —Musité con la mirada fija a él, y sin darme cuenta, las lágrimas ya caían por mis mejillas.
—______.. —Murmuró él.
—¡Demonios! —Exclamé— ¿Snuppy, estás bien? —Cuestioné corriendo hacia él con una mueca de preocupación, tenía un gran corte en su ante brazo.
—Sí. —Contestó sin darle importancia al tema, rápidamente me alejé.
—Alito.. llévame a casa.. —Musité en un suspiro de decepción.

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El chico maloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora