Lo que Malfoy había ganado en belleza, lo había perdido en inteligencia, y a Elena no le llevó mucho tiempo llegar a esa conclusión.
Había crecido los suficientes centímetros para alzarse sobre Blaise y Theodore, y su mandíbula se había afilado. Finalmente había dejado atrás ese estúpido peinado engominado, y ahora su pelo casi blanco caía sobre su frente con cierto encanto. Incluso cuando se quitaba la camiseta tras un entrenamiento (por algún motivo, ahora hacía eso con bastante frecuencia) se vean la sombra de abdominales en su torso (de los cuales Malfoy parecía particularmente orgulloso).
Pero a pesar de haber escalado considerables posiciones en la lista de chicos mas guapos del curso (si, al parecer eso existía; Elena no la había visto personalmente, pero según tenía entendido, Parvati Patil y Lavender Brown estaban al cargo), Malfoy se había vuelto mas gilipollas que los años anteriores.
A pesar de no tener tantos altercados como habían tenido en su segundo curso (cuándo lo único para lo que se miraban era para lanzarse dagas con la mirada), Malfoy conseguía irritar a Elena más veces de lo que parecía humanamente posible.
Por ejemplo, el día que Ron se le acercó, despotricando sobre Hermione Granger y su gato.
—Es peor que el basilisco, te lo digo en serio— le decía a su hermana, mientras caminaban con el resto del curso hacia las inmediaciones del Bosque Prohibido para las clases de Cuidado de Criaturas mágicas—¿Te hable del basilisco? Era enrome, y las escamas... Oh, nunca olvidare las escamas. ¡Pues el gato de Hermione es básicamente lo mismo! ¡Una bestia sangrienta!
Elena rodó los ojos— ¿Por qué no metes a Scabbers en una jaula?
—¿Y por que no mete ella en una jaula a ese bicho? ¡Scabbers nunca había molestado a nadie!
—Lo entiendo... Lo entiendo... Pero si tanto te molesta... ¿Qué es más importante, tu orgullo o el bienestar de tu rata?
Ron se cruzó de brazos, refunfuñando. Tras él iba Harry Potter, cabizbajo— ¿Tu que crees Harry? ¿Quién tiene razón?
—A mí no me metáis— él respondió, echando la vista hacia atrás, dónde Granger caminaba solitaria— Ella debería encerrar a Crookshanks y tú a Scabbers.
—¡No voy a encerrar a Scabbers porque Hermione no se dé cuenta de que su gato es un monstruo! — lo dijo tan alto que hizo a Granger resoplar, escuchándole desde el final de la fila.
—Ronald, te lo prometo, eres un caso perdido.
Mientras avanzaba con lentitud, localizando la espalda de Pansy, Theodore y Blaise, que caminaban juntos, sintió a alguien acelerando el paso y pasándola de largo.
—Eh, Weasley— Malfoy exclamó, llamando su atención. Ron también le miró, solo que con una profunda mueca— ¿Vendrás a vernos hoy entrenar?
—¿Bromeas? ¿Te crees que no tengo nada mejor que hacer que sentarme en una grada vacía a veros volar mientras se me congela el trasero? — preguntó con aspereza, mirando a Malfoy como si realmente fuera estúpido— Además, Ron quiere que le ayude con unos deberes...— se inclinó hacia Malfoy— Se ha peleado con su amiguita, ya sabes.
Malfoy arrugó la nariz al escuchar algo relacionado a la existencia de Ron y Hermione. Elena paso ganas de darle un manotazo cuando subió el brazo para revolverse el pelo y la humillo una vez mas con la diferencia de altura entre ellos— Fascinante— masculló Malfoy— No me extraña que necesite ayuda. Las comadrejas no suelen tener el cerebro muy grande.
Ron empezó a gritar, escuchando el comentario. Elena le empujó hacia atrás para evitar una pelea, mientras miraba a Malfoy con cansancio— Oh, ¿en serio? ¿Es que no puedes morderte la lengua por una vez en tu vida? — negó con la cabeza con amargura— ¡Ron, para con eso!

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La Serpiente Weasley | Draco Malfoy
FanfictionElena Weasley, una Weasley de los pies a la cabeza, con sus llamativos cabellos pelirrojos y sus brillantes ojos azules, una Weasley que, como dicta su larga tradición familiar deberá ir a la noble casa de Godric Gryffindor, y al final, luchar codo...