En el lugar del otro

26- Boda nuevamente ¿fallida?

Sus ojos avellana recorrían nerviosamente las paredes de su propia habitación, donde estaba junto a sus hermanas y la señora Nodoka arreglandose para su boda, si, su boda, habia llegado el día en el que los jóvenes prometidos por fin se casarian. La de cabellos azules miro por la ventana observando como gente del alquiler de los muebles caminaban de aquí a allá, cargando sillas, el arco, decoraciones, etc, llevandolas al dojo ya que ahí sería donde la boda se realizaría, su padre era el encargado de que todo estuviera en su lugar, nada podía salir mal, ni un solo detalle.

Pequeños flashes de recuerdos pasaron por su mente en milésimas de segundos, la boda que antes se había realizado, la fallida, en la que todo se arruinó por el barril lleno de la cura a las maldiciones de Jusenkyo, y como no, todos los que cargaban con esta pelearon por el barril destruyendo todo el matrimonio, y dejando un fuerte vacío en el corazón de la chica, era su día más esperado y fue arruinado en solo unos minutos, y a Ranma parecía que no le importó ni un comino que eso pasara.

Sacudió su cabeza con la intención de borrar los recuerdos, ya los había enterrado, en los más profundo de su mente y no tenía la intención de volver a sacarlos, ahora todo había cambiado y ella lo sabía, se encontraba frente al espejo siendo vestida por sus hermanas, lista para caminar hacia el altar y por fin unirse con el chico que quería, por fin su sueño se cumpliría y estaba segura que nada arruinaría esa felicidad que sentía.

Sobre los invitados, de eso se había encargado Nabiki, que aunque por su mente paso el hecho de cobrar la entrada al evento e invitar a algunas personas que no serían para nada bien recibidas, se negó a hacerlo, ya que a pesar de sus pensamientos maleficos y egoístas no quería arruinar el día de su hermana, ella no sería la que causaría lágrimas en los ojitos de la peliazul, oh, claro que no.

Por eso se aseguró de que los invitados fueran los más cercanos e íntimos de los novios, como los amigos de ambos, algunos estudiantes de la preparatoria, otras personas mayores amigos de su padre, Ryoga, Ukyo, Kuno, la profesora Hinako, Hikaru; que estaría vigilado por Taro por si intenta alguno de sus trucos y por último Mousse, ya que se enteraron de que ya no tenía nada que ver con Shampoo y no le tenían ningún tipo de rencor o odio, ya que este siempre había estado de acuerdo con la relación de los chicos, aunque fuera por conveniencia.

La unica persona que se aseguraron de no invitar y de no dejarle saber del matrimonio era a Shampoo, esta seguía enamorada de Ranma y había intentado acercarse muchas veces pero el azabache se negaba rotundamente a verla o a intercambiar alguna palabra con ella, por eso no querían que supiera que se casaría ya que sabían que podía ser capaz de cualquier cosa por evitarlo.

—¡Hermanita! Te veras genial, como siempre —exclamó Nabiki sentada en la cama observando como su hermana mayor ayudaba a ponerle el vestido a la menor.

—Nabiki tiene razón querida, te veras tan preciosa que dejaras boquiabierto al testarudo de mi hijo.

La nombrada se sonrojo un poco al escuchar lo que su suegra decía, esperaba que fuera verdad, y escuchar aunque sea un halago por parte del chico, solo esperaba que por primera vez todo resultara bien, sin peleas, sin insultos.

Cuando por fin estuvo lista, vestida y maquillada se miro al espejo, totalmente asombrada, parecía otra persona, el largo vestido blanco que arrastraba por el suelo por su largor se ajustaba perfectamente a su silueta, la corona de flores de cerezo en su cabeza y el sutil pero precioso maquillaje en su rostro la hacia ver hermosa, resaltaba perfectamente lo que era, su belleza, el brillo en sus ojos, todo.

Observo como Kasumi derramaba algunas lágrima y se emocionó, era una escena nostálgica, bella y familiar, dos hermanas y una suegra veían como una jóven estaba lista para alzar el vuelo y unirse al hombre con la que la prometieron antes de nacer. Y todos estaban seguros de que sería el día más mágico y especial de todos.