La Serpiente Weasley | Draco Malfoy

Pubertad, o casi

—¡Malfoy! ¡Deja de hacerle ojitos a Potter y mueve el culo!

Blaise se empezó a desternillar a carcajadas mientras Elena se inclinaba sobre la barandilla que separaba las gradas de una caída libre al campo de Quidditch y gritaba sin prudencia ni vergüenza.

—¡Ya la has escuchado Malfoy! — se unió Nott. Tras ellos, Pansy, Daphne y Astoria estaban sentadas de piernas cruzadas. Scarlett estaba levantada junto a Elena, pero no prestaba demasiada atención a lo que ocurría en la pista.

Aquél era un partido decisivo para Slytherin. Después de perder de forma humillante contra Gryffindor, ganar a Ravenclaw y perder por dos puntos contra Hufflepuff, dependían de ganar aquel partido contra Gryffindor para no quedar descartados de ganar la temporada.

Y, especialmente, Elena y compañía dependían de que Malfoy ganara ese partido para que no se pasara maldiciendo el nombre de Potter semanas.

Malfoy giró la cabeza, fulminando a Elena con la mirada por encima de su hombro. Ella le lanzó una sonrisilla vacilona, al tiempo que él volvía a girarse para escanear la pista en busca de la Snitch.

—Siempre hace lo mismo— comentó Blaise, tratando de hacerse oír por encima del vitoreo de las gradas— Se distrae con Potter y perdemos el partido. Creo que Marcus Flint se arrepiente de haber aceptado las escobas.

—Tiene potencial— Theodore añadió— Pero lo desaprovecha.

—Yo creo que a Malfoy le gusta Potter— Elena añadió—No es normal esa obsesión que tiene.

Theodore le lanzó una sonrisa cómplice y Blaise arrugó la nariz. Tras ellos, Astoria Greengrass chasqueó la lengua— No digas tonterías— demandó, con esa vocecilla suave que tenía ella— Draco solo está compitiendo.

Elena la miró de reojo con aburrimiento— También Potter, pero él no le persigue por el campo— volvió a dejarse caer sobre la barandilla perezosamente— "¿Practicando ballet, Potter?" es a Draco Malfoy lo que tirar de las trenzas de la chica que te gusta es a los niños de cinco años.

—Yo no lo habría dicho mejor— Theodore la acompañó, riéndose de esa misma manera maliciosa.

Al final, para sorpresa de nadie, Potter fue quién cogió la Snitch, poniendo fin al partido y a las esperanzas de ganar la temporada de Slytherin.

Elena y compañía esperaban al equipo de Slytherin, que salían cabizbajos de los vestuarios.

—Ya le ganaras— dijo ella cuando Malfoy se les unió, reconociendo rápidamente su expresión enfadada—, cuando crezcas un poco, practiques un poco más...

—Potter lleva ganando partidos desde primer año— Malfoy replicó con rabia.

—Bueno, ya, pero Potter tiene talento natural.

—Yo también tengo talento natural— Malfoy escupió. Elena cerró los ojos con amargura, dando un paso atrás.

—Me rindo— musitó, dándole la entrada a otro para que tratara de consolar a Malfoy.

Pansy fue la que intervino esta vez, agarrándole de los hombros y recordándole lo rico y lo guapísimo que era en comparación a Potter y su sequito de pardillos. Elena resopló al ver como eso parecía funcionar bastante mejor con él que algún consejo constructivo.

(...)

Tras el día de la humillante derrota contra Gryffindor, las vacaciones de verano no se hicieron esperar. Scarlett la invitó a pasar unos días con ella, dónde volvió a encontrase con Alec, su cada vez mas guapo hermano mayor, que estaba a punto de empezar quinto año en Durmstrang. Incluso Malfoy le sugirió (sin decírselo explícitamente, claro, menudo golpe hubiera supuesto eso para su orgullo) que se uniera a él, Parkinson y Nott a ir a su casa veraniega al sur de España. A pesar de lo agradecida que estaba ella porque Malfoy finalmente hubiera enterrado el hacha de guerra, prefería no enfadar a sus padres sugiriendo la posibilidad de acercarse a menos de quinientos metros de una propiedad perteneciente a Lucius Malfoy.