74. Reencuentros.

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                                74. Reencuentros.

Travis golpeó la puerta dos veces y me miró impaciente, se mordió el labio inferior con impaciencia y, los segundos siguientes cuando Jodie abrió pasaron muy lentamente, mientras su mirada nos analizaba con el ceño fruncido y, cuando ambos quisimos reaccionar, nos cerró la puerta en las narices.

—Jodie, abre, por favor.—Pidió Travis mientras volvía a golpear con los nudillos en la puerta. Silencio.—Escúchame, sé que en este momento somos las personas que menos quieres ver, pero necesito hablar contigo... las cosas han cambiado.—Los ojos de Travis volvieron a los míos y sonreí en respuesta, habíamos practicado qué diría cuando estuviésemos allí y lo estaba haciendo muy bien.—Jodie...—Volvió a golpear la puerta y deseé que mi ex mejor amiga no tardase mucho en abrir pues sabía que, teniendo en cuenta la paciencia de Travis, rompería la puerta de una sola patada si esta no era abierta en unos minutos.

—Jodie, por favor.—Rogué yo ahora.—Es importante y sé que cambiarás de opinión hacia Travis.—Y cuando finalicé la frase la puerta se abrió poco a poco dejándonos ver a una Jodie en ropa de deporte.

—Tenéis un minuto hasta que vuelva a cansarme de veros y tenéis suerte de que mis padres estén trabajando.—Dijo mientras cruzaba los brazos sobre su pecho. Travis bajó su mirada a sus manos entrelazadas mientras jugaba con sus dedos queriendo hablar pero las palabras parecían haberse quedado atoradas en su garganta y temí porque la puerta fuese estampada de nuevo en nuestras caras por Jodie pensando que aquello era un cruel broma.—Treinta, veintinueve, veintiocho...

—Espera, yo no sé como empezar, mierda...—Soltó Travis frustrado y le pateé un poco el pie recriminándole la palabrota.

—Sé directo.—Aconsejé y me miró para después poner toda su atención sobre Jodie que le miraba aún con el ceño fruncido y furia.

—Yo...

—No voy a abortar, te lo dije, si es lo que has venido a buscar puedes pasear tu trasero de vuelta a tu coche.—Habló Jodie tercamente y los puños de Travis se cerraron con ira.

—¿Pero quieres callarte? Estoy intentando decirte que quiero hacerme cargo del jodido bebé y tú estás demasiado empeñada en ser una maldita insoportable, joder, preferiría parir yo mismo al bebé que a tener que escucharte siendo una arpía a mi alrededor durante todo el puñetero embarazo.—Confesó de manera arrupta y tanto Jodie como yo tuvimos que mantener la respiración ante el impactante momento, un día entero planeando como le diría a Jodie de manera convincente que quería hacerse cargo de las consecuencias de su actos para que finalmente se lo soltase todo acompañado de "jodido" "maldita" y "puñetero" sin olvidar la parte en la que había dicho que prefería tener él al bebé antes que tener que escucharla, la manera de Travis de ser tan... Travis, al fin y al cabo, ya no debía sorprenderme.

—¿Quieres... quieres hacerte cargo?—Finalmente articuló Jodie demasiado sorprendida como para hacer caso a los insultos hacia su persona. Travis tiró de su flequillo hacia atrás y finalmente asintió.—Wow... yo... mmm... ¿Queréis pasar?

                                                    -o-

La tarde pasó entre charla y charla, al principio la situación era demasiado incómoda pero a medida que avanzaba y Jodie parecía haber dejado su humor a la defensiva todo se tornó cálido. A las siete de la noche, Travis y yo decidimos que era la hora de irse, cuando nos levantamos para caminar hasta la puerta, la mano de de Jodie me detuvo enrrollándose en torno a mi muñeca.

—Mickie... Um, siento lo de aquel día.—Confesó y no pude evitar sonreír con lastima.

—No tienes por qué sentirlo, supongo que me lo merecía.

Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora